16 --- Oleaje
Recogió lo que le quedaba de la oficina, se despidió de sus compañeros como una autómata, les entregó la nota con las referencias y no miró atrás.
Ya tenía todo en regla, la confirmación, el contrato
de mudanzas, la casa alquilada y un mes
de permiso por delante para organizar su vida y hacer acto de
presentación en la nueva sucursal, la más importante del país después de la
central.
Había dejado pagado su actual apartamento hasta
primeros de mes, después de enviar todo
lo que debía ir en el camión de mudanzas, se quedó
sólo con lo imprescindible en una maleta y había decidido quedarse una semana
más en él. Tenía que hacer algunas cosas todavía.
Intentó hablar con su hermana a lo largo de esa
semana pero sin resultados, no le extrañaba, sabía que había perdido cualquier
oportunidad de recuperar lo que sin darse cuenta, era tan importante en su vida.
Era mucho perder, tenía el alma rota por no tener
a Pablo a su lado, no sabía si volvería a querer a un hombre, seguro que sí,
pero no como a él… como a él, no. Sus
días eran largos y monótonos, se
despertaba a veces creyendo que si
alargaba el brazo, se encontraría con el torso desnudo de Pablo esperando su
abrazo y que él la rodearía y la besaría y le haría el amor como tantos
amaneceres, pero no, su realidad era bien distinta, su despertar era triste y
solitario y su castigo por haber tenido el privilegio de abrir los ojos junto a Pablo, era que su hermana la repudiara. Eran dolores distintos, su fracaso en su vida
sentimental, sólo tenía una culpable… ella, por no ir con el corazón en la mano
y por jugar con la felicidad de los demás, jamás oyó de los labios de Pablo lo
que quería, pero lo tuvo bien merecido, sin embargo, el cariño de su hermana,
ahora que no podría recuperarlo, era lo que más necesitaba, era una cuesta muy
empinada la que tendría que subir día a día el resto de su existencia, sabiendo
como sabía, que había echado de su vida lo que más quería, la que había estado
ahí siempre…haciéndole trastadas, sí, mutuamente…había que reconocerlo, pero
también estaba cuando las cosas iban mal y se apoyaban la una en la otra,
siempre habían sido ellas dos para ellas dos, desde que murieron sus padres
habían estado solas y habían sido su única familia. Ahora ya no tenía a nadie.
Antes de tomar el avión para su nuevo destino,
llamó de nuevo a su hermana… el teléfono estaba “apagado o fuera de cobertura”.
Eloísa pidió vacaciones adelantadas, necesitaba
estar sola un tiempo, se sentía tan lastimada y decepcionada que no quería
estar en el mundo que ella conocía, no quería gente a su alrededor, no
soportaba ver caras amigas y no podía dar explicaciones a nadie, nadie hubiera
entendido nada, era como intentar explicar el significado de un cuadro
abstracto a quien no entiende de arte, ¿Qué podía decirles a sus amigos? ¿Que su
hermana se había ido porque se descubrió
que se acostaba con su novio haciéndose pasar por ella? ¿Que su novio lo sabía
y engañaba a las dos? ¿Qué ella había sido una ingenua que no sospechó nunca
nada?, o tal vez, para ahorrarse la vergüenza, decirles simplemente que la
abandonaron casi a las puertas del altar.
De cualquier forma, debía estar sola para darle rienda
suelta a su rabia, a su decepción y a su dolor.
Su hermana le había arrebatado todo lo que había
soñado mucho tiempo. Al día siguiente de la revelación, contrató un servicio de
guardamuebles, vació la casa que había alquilado para pasar una vida con
Pablo, pagó lo estipulado en el contrato
de arrendamiento por anulación del mismo, entregó las llaves y junto con los
enseres encerrados en aquél local, dejó también, su amor, sus recuerdos, su
ilusión, y lo peor de todo, su confianza en los demás.
Alquiló por dos semanas un bungaló en la sierra,
cerca de un lago, nadie tenía idea de dónde estaba, sólo dejó la dirección a la
secretaria de personal de la empresa, era la única forma de que pudieran
localizarla si pasaba algo urgente o si
ella misma necesitaba ayuda, la secretaria de personal apenas la
conocía, sabía que era una directiva de la empresa y estaba segura de que no
tenía necesidad de hacer comentarios sobre su lugar de vacaciones, además dejó
bien claro que no se facilitara el dato
absolutamente a nadie, fuera quien fuera.
Continuará
Pablo por listo se ha quedado sin ninguna y ellas solas también y sin ellas como hermanas, pero creo que la cosa se arreglará y volverán a estar juntas como siempre, Pablo no merece a su novia, y su novia no merece que la hayan engañado, pero el cariño de hermanas debe renacer...no sé.
ResponderEliminarBesicos.
EliminarDa que pensar, sí, no sabemos por dónde va a salir ésto, pienso como tú, la familia, al final, siempre es la familia.....¡joder!, me he parecido a Vito Corleone, jajaja.
Las dos se han hecho mucho daño, quién sabe qué pasará, (bueno sí, sólo yo, jeje)
Gracias Ana, besotes gordos.
Qué pena. Espero que se arregle. Un beso.
ResponderEliminar
EliminarSeguiremos esperando, a ver qué pasa. Besos.
Al final acabarán todos juntos y revueltos.
ResponderEliminarUn abrazo.
EliminarSería un final sorprendente, sí señor, ¡quién sabe!
Besos.
El enfado como consecuencia pone tierra por medio, pero también la oportunidad de conocer nueva gente y hacer amistades.
ResponderEliminarBesos Yeste
EliminarA veces es mejor llevar cada uno su propia vida, nunca se sabe.
Besotes.
Duro, muy duro. Difícil posición la de las dos, aunque una de ellas además tiene que lidiar con su sentimiento de culpabilidad.
ResponderEliminarA ver por donde sales...
Besitos
EliminarYa me vas conociendo.....por peteneras, es la mejor forma de salir.
A mi parecer, las dos deberían sentirse culpables, las dos tienen cosas que reprocharse y las dos han sido malas con la otra. Esas cosas se pagan.
Besos apretaos
Pues a mí me da que se encontrarán de nuevo muy pronto...
ResponderEliminarEs complicada la situación.
Saludos.
EliminarEs verdad, Imaginativa, la situación se acaba de complicar mucho, más al darse cuenta cada una que en realidad ellas mismas son las que han buscado la reacción de la otra con su comportamiento, yo creo que se sienten culpables, no ya sólo del daño a la hermana sino el que se han hecho a sí mismas.
Complicado, es verdad.
Besotes gordos.
La verdad es que es una pena que dos hermanas se separen por culpa de un hombre. Nunca un hombre vale tanto... :)
ResponderEliminarDesde luego las hermanitas tienen garra y son resolutivas.
Besos Yeste
EliminarNo sé si habrán hombres o mujeres que merezcan el sacrificio
de la familia, en especial padres o hermanos.
Yo sé de algún caso en el que la persona dejó de tener relaciones con toda su familia, simplemente por que le advertían qué clase de individuo era con el que estaba, con el tiempo tuvo que dar la razón a la familia y siempre pudo contar con ellos, aunque nunca fue lo mismo.
Ten en cuenta que lo de estas gemelas es pura ficción.
Besos apretaos.