Inmersa en:

INMERSA EN: NADA ENTRE MANOS....ESPERANDO GANAS.



miércoles, 29 de octubre de 2014

SI ME DAS LA MANO




Tan poca cosa... Pero que necesito cerca, rozar su piel, notar su calor... Algo que no vale nada y sin embargo sin precio, algo por lo que a veces sería capaz de dar cosa cualquiera.

Algo por lo que alguien daría el mundo si lo tuviera en las suyas... Sólo la mano, un momento, no más.

Cuando me sienta desfallecer... Si la salud algún día se escapa, si la tristeza me invade, si me venzo a mi misma... sólo dámela, no te pido nada más que eso.


Y si la tranquilidad me acompaña y la alegría me alborota, dámela, sólo querré darte un mucho de lo que tengo... . Si la ternura me embarga y con ella me emociono, dámela, que yo la apretaré agradeciendo los momentos vividos y el camino recorrido.

El recuerdo volverá, el sosiego veré, el dolor se irá, tu cariño tendré, la esperanza seguirá, contigo estaré... Si la mano me das.






(A todas las mamis)





Nota: Me lo ha inspirado una de mis hijas, me aprieta la mano a menudo.













martes, 21 de octubre de 2014

AMIGOS VIRTUALES



Os diré lo que significa para mí considerar a alguien un amigo virtual... aunque pueda equivocarme y yo no lo sea para él.

Se llega a ser amigos desde el momento en que la relación no se limita a comentar mutuamente en las entradas... cuando se comprueba que entre ellos hay un feeling que va un poco más allá de unas cuantas palabras dichas con más o menos sinceridad, desde el momento que sin saber cómo, en ésas palabras se pone, casi sin darnos cuenta, un poco más de carga emocional.

Durante un tiempo, la relación se tantea, se arriesga y al final te sientes seguro de que esa persona podría ser un buen amigo en la vida real.

Y eso sólo en la distancia..., como mucho, conociendo la cara de la persona en fotos, imaginaos cómo sería frente a  frente.

Pero, hoy sólo quiero que sepáis qué considero yo una amigo virtual.
Es aquél con el que, aunque lejos, te enorgulleces de sus logros, de las cosas buenas que le pasan en la vida, te emocionas con sus alegrías y te alegras de que le vaya bien en la vida... pero también, te entristeces cuando está triste y lo dice o se lo notas, te agobias cuando tiene un mal momento, sufres si lo pasa mal y te preocupas si algo no va bien o está enfermo, o simplemente, sin saber por qué, desaparece por un tiempo y pierde el contacto con los amigos, entonces piensas que algo gordo debe haber pasado, porque sabes que tu amigo nunca haría eso adrede porque respeta la relación virtual... porque se preocupa de que no cunda el pánico entre los amigos y de que no se asusten pensando en una desgracia y porque sabe que todos merecen un mínimo de interés y respeto.

Ésos son los amigos virtuales, los que aportan valor a tu vida, los que te enriquecen sólo por el mero hecho de haberlos conocido.

Una relación, cualquiera que sea... si no aporta nada, es que no merece la pena continuarla.

Me siento orgullosa de todos los que tengo, no demasiados, prefiero la calidad a la cantidad.






miércoles, 15 de octubre de 2014

GRABACIÓN EN DIRECTO






NOTA:   Amigos, me he quedado sin portátil y hasta que no pueda hacerme con otro pc, voy a estar un poco-mucho desconectada del blog.  Desde el móvil sólo puedo acceder a la página principal de mi blog y algunos más  de los muchos amigos que sigo, por lo que me está resultando difícil contestar comentarios propios y ajenos.  He dejado algunas entradas programadas que irán saliendo... después ya veremos.







GRABACION EN DIRECTO

Esperando consulta, son las diez de la mañána, tenía cita a las nueve y media.  Tres personas por delante y yo con molestias en el vientre y urgencia para el baño, mientras, me entero de que Paquita, la pobre, enviudó y después de pagar deudas del muerto que la dejó sin un céntimo, se ha tenido que ir con su hijo, ¡fíjate!

La retahila de comentarios sigue en esa línea sin que decaiga ni un sólo momento....
-- ¿Y qué me dices de la hija del carnicero?...Laurita...con 16 años y embarazada sin saber si el padre querrá hacerse cargo de lo que venga, porque, él tiene un año menos que ella...
--¡Pues a ver si no hubiera sido mejor que abortara!
-- ¡No mujer, por favor...criaturita! A los padres no les importa hacerse cargo del bebé mientras la madre termina los estudios...¡hay que ver cómo son las cosas!

La conversación se corta un momento porque alguien pregunta por qué hora va la consulta.
Respuesta y breves minutos de silencio y luego irremediablemente, como una telenovela después del intermedio....
--¡Oye! ¿no te has enterado?, Francisco está saliendo con una señora... fíjate, un hombre de su edad y todavía con ganas de mujeres.... pero ¿y dónde la dejas a ella?... ya tiene que tener estómago porque los 70 no los cumple...¡hay que ver cómo son las cosas!

Se me pasó la urgencia por el baño casi sin darme cuenta, estaba tan distraída con las historietas, que mi esfinter prefirió esperar para no perder detalle, que una no es de piedra y a una novela tan interesante, pues la verdad, se le pega la oreja sola.

-- Por cierto, fui a comprar la fruta a lo de Paco, ¡chiquilla! se ha puesto carísimo, no sé yo este hombre, no se habrá enterado de lo de la crisis y cada vez sube más los precios.
--A lo mejor los sube porque está en bancarrota y lo necesita...¡hay que ver!
--Pues mira, la semana pasada fui a ver a Encarnita, la  pobre, con 28 años y dos hijos y su marido la deja por otra.
-- ¿Síiii? ¡no me digas!
--¡¡Digo!!... pero tú no sabes lo mejor...

-- ¡¡YESTE LIMA!!
-- Sí

¡¡Ea!!, coño, qué inoportuna la doctora, me ha llamado en el momento en el que iba a decir qué era lo mejor... ¡ains, qué coraje!
Vamoooos, ya vas a la consulta del médico de familia y es peor que la fama que tienen las peluquerías.
Se cuenta de todo, y lo "peor" es que como casi siempre somos los mismos y vecinos del mismo barrio, aunque una no diga ni chus ni mus, sabe perfectamente de quiénes están hablando...¡¡un critiqueoooo!!

Cuando llegué a casa, solté dos litros de la vejiga, jajaja.

¡Hay que ver cómo son las cosas!






 


¡

lunes, 6 de octubre de 2014

BIRLI BIRLOQUE, (UN ARTE)

                                         
Hace días me pasó algo que me causó un cabreo del 11... sí, sí, cabreo, yo también sé hacer eso... os cuento.

Me arreglé, me puse un poco más mona de lo que soy habitualmente, cogí la lista de la compra que había hecho el día antes porque soy mujer muy organizada y porque, amos a decir la verdad, tengo que ajustar mucho mi economía y no me puedo permitir el lujo de comprar sin lista por delante y echar en el carro lo que me parezca y se me antoje, que no es que tenga edad de antojitos pero nunca se sabe;   así que metí en el monedero 60 euros, billete de 50 y de 10 y me puse en camino.  Entré al súper, llené el carrito de las viandas predestinadas y me puse en la cola del cajero, en este caso cajera. Ya he dicho que soy organizada y machacona, esto último lo digo ahora, así que, ya en la cola, quise asegurarme de que lo llevaba todo,  miré de nuevo la lista y la guardé en el monedero.
Me llegó el turno, pasé todos los artículos por la cinta y los fuí metiendo de nuevo en el carro para embolsar.
No he pasado más vergüenza en mi vida... o sí?, seguro que sí, seguro que han habido otras casiones de azoramiento y ahora no me acuerdo, no os preocupéis, ya me acordaré y las contaré.
Cuando me dispongo a pagar, abro el monedero y ¡coño!...¡Sólo hay 10 euros!... ¿Dónde está el billete de 50?.... Mi cara tuvo que ser un poema, me ardían hasta las orejas, nerviosa miro al suelo y busco ese papelito marrón que minutos antes estaba dentro, EN EL INTERIOR de mi monedero y que ahora había desaparecido, joío por culo, se salió en el momento en el que comprobé la lista de la compra, de eso estoy segura porque era la primera vez que abría la cartera desde que salí de mi casa.... la conclusión era transparente, alguien de la cola, detrás de mí, debió verlo y al pobre le tenía que "hacer mucha falta" para no devolverlo.  Pues, nada, ahí me veis sacando toda la compra del carro ante la atenta mirada de todos los que estaban alrededor y en las cajas contigüas. Dos amapolas parecían mis mejillas.  Al final he estado comiendo arroz con infusiones, que por cierto, no está nada malo... incluso relajante diría yo, jajaja...



 Vamos con la segunda parte. ¿Casualidades?... no lo sé.
Después de ésto, lo que me pasó a los tres o cuatro días, según algunos... es justicia divina.
No penséis que me invento nada, pasó tal cual, pero me temo que, como me dicen esos algunos, soy un pelín gilipollas.

Iba con una amiga y su hija y con las gemelas. Mi amiga quería comprar algún mueble pequeño para el baño y varios accesorios.
Compró todo lo que le hacía falta y como suele pasar en estos sitios,  aunque yo no llevaba idea de comprar más que algunos utensilios de cocina, al final el importe de mi compra subió un poco.
Cuando pasamos por caja, todas a tope, nos desvían a ésas que yo les digo selfservice, ya estoy acostumbrada de otros supermercados y me gustan por la rapidez aunque me apena pensar que son puestos de trabajo que han absorbidos sin ningún remordimiento.
Introduje la tarjeta y seguí los pasos.... pero empezó a pitar, un empleado vino ipsofacto y se ofreció a hacerlo él, desde luego con mucha más rapidez de lo que lo hubiera hecho yo. Embolsé los artículos y eché una ojeada por encima al ticket  de compra.

Ya en el coche camino de casa, he de decir que el comercio en cuestión está a las afueras de Sevilla y en llegar hasta él desde mi casa, atravesando toda la ciudad y con tráfico fluído, son de 25 a 35 minutos de tardanza. A la vuelta ni que decir tiene, en horas punta en la carretera, tardamos 40 minutos en llegar a casa. Al bajar del coche quedamos en tomarnos una cerveza en una terraza próxima y nos sentamos a la espera del camarero.  Fue en ese momento cuando se me ocurrió sacar el ticket y repasarlo.
¡Madre mía! Del total de los artículos, sólo se habían cobrado al final una pequeña parte, la mayoría de la compra ni siquiera aparecía registrada en el ticket.
Aunque no me creáis, me llevé un sofocón, si hubiera estado más cerca del comercio y hubiera sido mi coche, sin dudarlo, habría ido a decirles que se habían equivocado.... ya no podía hacerlo y tampoco había sido demasiado el importe que el comercio dejó de cobrar...en total 32,45 euros.

Pedimos la cerveza y una tapa cada una, éramos cinco, no nos queríamos entretener más porque eran casi las diez de la noche y pedí la cuenta. Cuando me la traen, veo en el platito el ticket y 60 céntimos de vueltas.  Flipo... ¿cómo es posible que me traigan la cuenta con el suelto que sobra? Extrañada miro el importe y compruebo que no es nuestra cuenta, por la comanda que había anotada y la cantidad, que era más importante que la nuestra, nos cercioramos de que pertenecía a la mesa de al lado y que se habían ido, dejando las vueltas de propina.

Mi amiga reía y me decía que era mi día de suerte y que cada vez que tuviera que comprar algo, iría conmigo para ahorrarse algo... supongo que de coña... o no, porque cuando le dije que entraría a deshacer el entuerto, me dijo que estaba loca, que lo dejara así, que era una forma de recuperar algo de lo que había perdido días antes.
Entré, hablé con el camarero, que no sabía cómo agradecerme lo que estaba haciendo y pagué el ticket que me correspondía por nuestras consumiciones. El importe era 17,50 euros.

Si os fijáis, el importe total que me hubiera ahorrado esa tarde, hubiera sido 49,95 euros.

¡Cosas de la vida!