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INMERSA EN: NADA ENTRE MANOS....ESPERANDO GANAS.



lunes, 20 de mayo de 2013

Después tú--25--



20--- Sin respuesta







Cuando llegó a la oficina,  muy temprano, no se sorprendió de ser la primera en llegar a la planta tercera donde estaba su reino, en muchas ocasiones lo era, no porque los demás llegasen tarde,  sino porque parecía que ella se caía de la cama casi todas las mañanas.  Cruzó la gran sala repleta de mesas y ordenadores dándole a todos los interruptores que se encontraba por el camino a su despacho, aunque el edificio tenía ventanales  por los que entraba la luz del día,  las grandes pantallas cuadradas que colgaban del techo tenían que estar encendidas obligatoriamente para que todos y cada uno de los rincones del enorme salón estuvieran bien iluminados.

Llegó a su despacho, abrió la puerta y… ¡no podía creerlo!, no se veía nada… nada, excepto globos, habían inundado la habitación de infinidad de globos multicolores de los que colgaban mensajes como… “Felicidades”, “Te queremos”, “Es una chica excelente”, “Jefa, nos debes una comida”… cosas así…--reía emocionada, no lo esperaba—Intentó entrar apartándolos  pero no pudo, de detrás de tantas bolas, lazos y colgaduras,  salieron sus queridos compañeros acompañados de un griterío que parecía decir “Feliz cumpleaños”
Fue un día tierno y cálido, lo pasó bien, a mediodía dio por concluida la jornada laboral y se fueron todos a celebrarlo con un almuerzo.
A las seis de la tarde, se despedía del último invitado… Enri.
--- Gracias por todo, Enri, habéis conseguido alegrarme el día, he tenido ni más ni menos que la mejor compañía que podía tener, gracias.

Volvió a casa con algunas bolsas de regalos y con la angustia de saber que tenía que hacer una llamada que, tal vez, nunca fuera respondida.

Se metió en la ducha e intentó relajarse, salió con la piel enrojecida del agua caliente, aguantó el chorro cuanto pudo, eso casi siempre lograba tranquilizarla.
Se puso cómoda, abrazó un cojín y con la mano libre empezó a marcar, sus latidos iban cogiendo carrerilla y ella respiraba hondo para calmarlos, el tono sonó una vez, dos… tres –cógelo Eloísa, por Dios, cógelo--…cuatro y en la quinta, se cortó la comunicación, habían colgado al otro lado.

De nuevo un llanto en la noche.



A muchos kilómetros de allí, Eloísa también celebraba una fiesta rodeada de amigos, de  regalos y de cariño, pero llegado un punto del día, empezó a notar cierta zozobra, estaba ansiosa por comprobar si su teléfono sonaría también este año.  Se fue con disimulo hacia el bolso, esperando que nadie se diera cuenta… ¿de qué?, a estas alturas quién podía pensar todavía en Emilia. Seguro que ya no estaban tan pendientes de ella como antes, habían pasado dos años y no podían pensar que tal como estaban las cosas, Eloísa pudiera estar esperando con impaciencia una llamada de su hermana… pero por lo visto, así era.

Se decía a sí misma, que solo era curiosidad, el morbo de comprobar que Emilia seguía penando y seguía necesitando su perdón. -- no sabía cuán equivocada estaba--

Abrió el bolso, rebuscó entre el contenido  un teléfono pequeño que siempre llevaba consigo –no sabía por qué—pero que normalmente estaba apagado, lo sacó, lo encendió, introdujo el pin que le solicitaba y miró la pantalla, no había ninguna llamada perdida, lo volvió a soltar en el bolso.
No sabía qué sentía, si decepción porque su hermana ya había desistido de ser perdonada o
alivio porque no la había molestado. Se dirigió hacia la mesa donde estaban las bebidas dispuesta a servirse una copa, en ese momento sonó el timbre de un móvil, miró alrededor  esperando ver a alguien cercano a ella con un teléfono en la mano contestando una llamada… pero no, nadie hablaba por un móvil, se dio la vuelta despacio, notando como algo se le agitaba en su interior,  metió la mano de nuevo y sacó el teléfono, en la pantalla aparecía un nombre: “Emilia”, inmediatamente después de leerlo…  colgó.






Continuará 






 

8 comentarios:

  1. Joder ya se va torciendo la cosa, que le dirían para colgar tan rápido.

    Besos yeste lima.

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    1. Ya sólo queda.....nada, para que termine y te enteres de todo, jajaja.

      Besos, Rafa.

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  2. Lo estás explicando muy bien, Luisa, no se sabe qué situación tendrán.

    Iajaja, Como tengo la sartén por el mango, puedo hacer bueno o malo a quien quiera y me gustan las jefas buenas.

    Ahora en , fui contable durante diez años en una empresa de alta costura, y cuando se casaron dos de los hijos, hicieron un banquete expresamente para todos los empleados sin excepción, así que me gustan las jefas generosas, jajaja.

    Besotes apretaos, amiga.

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  3. Pufff cada vez lo veo más negro... ¡En algún momento tienen que encontrarse! A lo mejor Enri que parece un buen amigo hace algo para que se encuentren!

    Un beso ^^

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    1. Pronto saldremos de dudas, amiga Imaginativa, éste es el penúltimo capítulo, queda poco.


      Besos apretaos.

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  4. Terrorífica experiencia para Emilia.

    Y comprendo a Eloísa. Muchas veces yo pienso "voy a hacer esto o lo otro", y a la hora de la verdad tomo la decisión más miserable, así sin pensarlo, de forma instintiva.

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    1. Hay momentos o etapas en la vida en que todos nos hemos visto perdidos y en esa bruma no sabemos muy bien qué hacemos y si estamos equivocándonos. Menos mal que tarde o temprano se disipa y volvemos a recobrar el eje del timón.

      No creo yo que tú hayas tomado decisiones miserables porque no pienso que lo seas, Fernando.

      Besos y hasta pronto.

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