18 --- Buena memoria.
Eloísa firmó el recibí del certificado, despidió
al cartero, abrió el cajón de una mesita auxiliar y tiró dentro el sobre.
Hubiera podido romperlo… pero si no lo hacía,
lo castigaba al encierro y al olvido, acumulando polvo sin que nadie
pudiera nunca ver su contenido, era como si lo estuviera haciendo con su propia
hermana y que de esa forma no la molestara nunca más.
Tardó algún tiempo en volver a salir con la
pandilla y cuando lo hizo no le quedó otro remedio que decir la verdad “a su
manera”. Contó que su relación con Pablo se había roto definitivamente y que la
marcha de Emilia por razones de trabajo, agravó un poco su reciente estado depresivo, pero que ya estaba
recuperada y no había motivos para seguir aislada. Ahora lo que quería era
divertirse y pasarlo bien con los amigos. Al término de las explicaciones, le
dedicaron un sonoro aplauso de cariño. La apreciaban de verdad y la habían
echado mucho de menos.
--- Dicho y hecho, amiga… ¡¡Chicos, quiero una propuesta de cada uno de vosotros
con actividades… excursiones, fiestas, viajes… en fin,
diversiones por un tubo, hay que alegrarle los ojitos a nuestra Eloísa!!
--- Gracias, Pilar, pero tampoco es necesario que
hagáis de niñera, no podría soportaros tantísimas horas… Ja, Ja, Ja,
Los demás corearon su risa de buena gana, en ese
momento, Eloísa pensó que hasta eso había perdido su hermana… unos buenos amigos.
Fue recuperando su rutina poco a poco… con los huecos que le faltaban… pero no se dejó vencer, empezó a salir de
nuevo casi todas las noches, buscaba la compañía de sus amigos y ellos, se ponían de acuerdo si no podían todos, para
no dejarla sola y apoyarla cuanto hiciera falta hasta que Eloísa fuera capaz
otra vez de retomar su vida con alegría. Y lo fue haciendo, paso a paso.
Lo que sí le costaba era olvidar el daño, ya no el
de Pablo, que no iba a ser la primera mujer engañada por un hombre, pero sí el de la otra hija de sus padres, ese engaño
siempre lo tendría presente, su memoria era buena. No podía haber imaginado
nunca una traición así, y de su propia sangre, menos.
Había noches
en las que no podía conciliar el sueño, los recuerdos volvían y la
hacían llorar otra vez, cerraba los ojos
y se imaginaba al lado de Pablo, queriéndole, pero era una tortura pensar que
quizás él nunca la quiso de verdad y había estado riéndose de ella… otras, se
despertaba de madrugada sintiendo frío, necesitando que alguien la abrazase,
sentirse protegida y segura… era un contrasentido, precisamente, echar de menos la
seguridad que le hacía sentir Pablo,
cuando realmente ni siquiera él, había estado seguro de lo que quería.
Pensaba a veces, por sentirse mejor y por descargar un poco su ego, en
medir el amor que le tuvo por la cantidad de dolor que le produjo y
disgustada con ella misma, se sorprendía diciéndose, que a pesar de todo, había
cosas que lastimaban mucho más que un
amor frustrado.
Efectivamente, había cambiado de móvil, aunque el
de siempre seguía estando activo pero apagado, no podía permitirse el lujo de
atender un día una llamada con prisas y encontrarse con una desagradable sorpresa, así que contrató otro
número en el que estaba segura que no
recibiría ningún sobresalto.
Los meses pasaban acelerados, con prisas por
cambiar de nombre, ya habían quedado
atrás ocho, en los que habían hecho mella las fiestas navideñas, no había estado sola, pero en su interior,
algo que se había roto, no encontraba compostura.
Una tarde de lluvia, aburrida y sin nada
interesante que hacer, encendió el móvil antiguo, repasó las llamadas perdidas
y no había muchas puesto que todos sus
conocidos sabían el cambio de número, pero sí comprobó que Emilia, desde que
envió la carta, sólo había llamado una vez… el día de su cumpleaños. Volvió a
apagarlo… por si acaso.
Continuará
No nos dejes así... Me gustan los finales felices. Un beso.
ResponderEliminarMe gusta que vaya saliendo de la depre. Son situaciones terroríficas, muy difíciles. Me alegro de que salga adelante.
ResponderEliminarMuy buena la relación directa entre amor y dolor. Sí, eso es así.
Terrorífico lo de la llamada perdida el día del cumpleaños. Seguro que a la otra le costó mucho animarse a llamar, le sentaría muy mal el silencio de la otra.
Insisto: la relación entre las hermanas acabará bien.
Lo de la llamada es muy fuerte como dicen ahora. Yo también creo que a pesar del calvario, la cosa acaba bien, y si no intercambian saliva es porque son hermanas.
ResponderEliminarBesos. yeste lima.
Distanciadas tal vez logren poner un poco de cordura a sus vidas.
ResponderEliminarFeliz fin de semana Yeste.
Bueno...va pasando el tiempo, las penas van acomodándose y ocupando su lugar, a ver que pasa a partir de ahora, cuando todo se vaya enfriando.
ResponderEliminarBesitos
Qué penita, tiene amigos pero ha perdido una hermana sangre de su sangre que se acordó de ella el día de su cumpleaños. Creo que quiero la reconciliación, pero Eloisa necesita su tiempo y su espacio para olvidar el daño que le hizo. En fin...ya veremos.
ResponderEliminarBesicos.
ResponderEliminarCREO QUE TODOS PRESAGIAIS EL FINAL.
OS AGRADEZCO A TODOS QUE HAYAIS ESTADO SIGUIENDO MIS LOCURAS, YA FALTA POCO.
GRACIAS POR ESTAR AHÍ.
BESOS APRETAOS.