10 --- Planes
Los planes laborales de Pablo iban saliendo a
pedir de boca, ya no tenía porqué salir de viaje tan a menudo y se alegraba de
tener otra vez su vida de antes, de retomar su rutina profesional y
sentimental.
Pero lo que no sabía Pablo era que Eloísa también
tenía sus propios planes y los iba a saber muy pronto.
La tarde de ese sábado era fría y desapacible, normalmente
aprovechaban los fines de semana para salir y reunirse con amigos o bien
asistir a algún estreno de cartelera en la ciudad, pero a ninguno de los dos
les apetecía dejar la calidez de aquel salón, cómodamente sentados en el
mullido sofá, con una manta sobre las piernas y un gran bol de palomitas de las
que estaban dando buena cuenta. Realmente estaban a gusto, se podía decir que era una tarde hogareña… y
de eso se aprovechó Eloísa, pensó que
era un buen momento para hablar del futuro de su relación.
--- Pablo...
Pablo estaba entretenido mirando la tele, estaba
siguiendo un interesante debate sobre inversiones y bolsa y no prestaba mucha atención a las palabras de
Eloísa.
--- Pablo, ¿podemos hablar?
--- Sí, sí, perdona… dime
--- ¿Te importaría bajar el volumen de la tele o
grabar el programa para mañana?
--- No, claro… ya está.
--- Pablo, en estos meses no he querido agobiarte
porque has estado demasiado ocupado, pero ha llegado la hora de que volvamos a
hablar de nosotros.
--- Está bien, ¿qué quieres decirme?
--- Quiero saber si estamos dispuestos a empezar
una vida juntos sin que se nos agrie el momento de dar el paso, no quiero
forzar la situación, pero tampoco quiero vivir con la incertidumbre. Yo estoy
muy segura de lo que quiero, y necesito saber qué es lo que quieres tú.
--- A ti y lo sabes.
--- Y ¿estás seguro de querer lo mismo que yo? ¿De
qué quieres unir tu futuro al mío?
--- Estoy seguro de que quiero estar contigo y si
para eso hay que mover ficha… la moveremos juntos.
--- Ja, ja, ja,
tienes una forma singular de decirme lo que quería oír, pero es
suficiente para mí. Te quiero, Pablo.
--- Yo también.
--- Y hablando de unión, ¿qué te parecería el
matrimonio? A mí me gustaría, pero si tú decides otra cosa, estaré encantada
igualmente.
--- Nunca he pensado en el matrimonio como
elemento indispensable para que dos personas convivan juntas, la verdad, pero
habría que pensarlo más detenidamente, y si llega el día en que estemos
seguros de querer hacerlo
independientemente de que vivamos juntos, sin duda lo haremos para dar solidez
a nuestra situación y para que tú seas feliz vestida de blanco.
--- Ambos decidiremos lo que queremos hacer cuando
llegue el momento, pero quiero decirte
que ya tengo bastante con saber que me quieres y que estás dispuesto a estar
siempre junto a mí, para ser feliz… no
puedo pedir más.
Pasaron el resto del fin de semana encerrados,
cocinando y haciendo repostería, a ambos les gustaba la cocina y se divertían
inventando platos y bizcochos con nuevos
ingredientes, aunque después tuvieran que limpiar los restos de harina que
quedaban por la encimera, el suelo, las puertas de los muebles altos de la
cocina…sus caras tenían claras evidencias de que lo habían pasado fenomenal en
esos menesteres, aunque algo turbara de vez en cuando el pensamiento de Pablo.
El lunes empezó lluvioso, con mucho viento y con
un frío que calaba dentro. Pablo se había levantado como el día… atormentado,
no sabía cómo definir lo que sentía, no podía razonar con claridad y eso le
hacía vulnerable, no quería sentirse así, era la primera vez en su vida amorosa
que se había decepcionado a sí mismo, jamás a lo largo de sus relaciones
sentimentales había estado tan perdido a
pesar de estar tan enamorado. Y como colofón a su desconcierto, estaban los
planes de boda de Eloísa.
¿Qué podía hacer para verlo todo con total
nitidez? Estaba necesitando urgentemente alguna señal divina o terrenal para ver su futuro con
transparencia absoluta y decidir el camino a tomar… pero eso se le antojaba
harto difícil y espinoso. Decidió dejar
de pensar por el momento en cómo resolver el jeroglífico y se entregó a la
esperanza de recibir esa señal sin demasiada demora, su sistema nervioso se
estaba resintiendo y no estaba dispuesto a arriesgarse a tomar la decisión
equivocada y arrepentirse toda la vida. El tiempo se le echaba encima y estaba
empezando a aplastarle. Nunca había estado tan agobiado.
En contraste, Eloísa era una campanilla,
tintineaba de alegría continuamente, al fin había logrado poner las cosas en
claro con Pablo y le había dado a entender qué es lo que querría para conseguir
plena satisfacción y seguridad, su entusiasmo llegaba al límite y ahora ya
tenía el convencimiento de que pronto sería una mujer casada, --al fin y al
cabo, era lo que había perseguido desde siempre, incluso sin saberlo—y esta
vez, aunque eso ya no le importara tanto, sí le iba a sacar una buena ventaja a
su hermana.
Empezó una alocada peregrinación a las mejores
tiendas de ropa, incluyendo las de lencería, se había propuesto cambiar todo su
fondo de armario y alegrar también su ropa interior para que Pablo la viera
sensual.
Continuará
A veeeeer! ¿Que le pasa ahora a este hombre? Tanta duda y tanta historia, si está tan enamorado ¿qué le falla? ¿qué no le cuadra?
ResponderEliminarA este paso todos acaban cogiendo moscas. Joder hasta el que parecía más feliz se la va la olla.
ResponderEliminar¿No iban a vivir juntos primero e independientemente de eso, casarse más adelante si estaban seguros? hmmmm se me hace que Eloisa quiere montar el caballo antes de ensillarlo y se me hace que a Pablo le va a dar una diarrea terrible jajajjajajajja
ResponderEliminarBesos
ResponderEliminarChicos perdón por no responder a vuestros comentarios ni devolveros la visita, espero que pronto me pueda poner al día.
Un beso muy apretao a todos.
yeste
Bueno, por primera vez no sale Emilia en el relato, aunque subyace en los sentimientos de ambos, por lo que se ve.
ResponderEliminarEl Pablete este me tiene intrigada...
Besos sabatinos