--5--Frenesí --2--
Aún no las tenía todas consigo, no quería que sus nervios la traicionaran pero su desasosiego iba en aumento, le resultaba
del todo inquietante estar allí sin llamarse Eloísa y en compañía de su
hombre...sin embargo, no sentía ningún tipo de remordimientos, el deseo de
tenerle entre sus brazos, de sentir su boca en la suya y de volver a
entregarse, iba "in crescendo". No quería pararse a pensar en qué le
estaba ocurriendo, no analizaría las emociones cruzadas que la embargaban, sólo
quería querer y que la quisieran como a su hermana, en ese instante sólo quería cerrar los ojos y
que Pablo le hiciera el amor.
Se sobresaltó al oír sus palabras.
--- ¿En qué piensas?, la ensalada ya está y te he
preparado un sándwich de pavo que te chuparás los dedos.
--- No pienso... recuerdo los maravillosos
momentos que he.....que pasamos aquí. Sólo eso me ocupa la mente.
Pablo se acercó y la besó largamente, era lo que
ella había estado esperando, se volvió a estremecer como aquella noche en la
que sólo pensaba en vengarse... ahora parecía que sus malas artes se volvían
contra ella, había quedado presa en sus propias redes, como la víctima de la
araña que lucha por soltarse de los hilos que la aprisionan y que se enreda
cada vez más al intentarlo.
--- ¿Cenamos? --dijo Pablo con una sonrisa de
oreja a oreja mientras comprobaba con sus dedos que su boca estaba manchada de
pintalabios.
--- Sí, por favor. --cuando verdaderamente le
hubiera gustado decir: dejemos la cena para después y sigue besándome así--
Más o menos treinta minutos sentados a la mesa,
había sido una cena ligera y pasaron al sofá con una copa de helado en las manos....no
se llegaron a consumir, las copas descansaban en la mesilla auxiliar medio
llenas de un líquido rosa en el que reposaban unos barquillos de chocolate.
Había murmullos en la habitación contigua.
Emilia se preguntaba qué estaba haciendo, se prometió
que sería la última vez que engañaría a su hermana, pero una fuerza interior le
impedía cumplir cualquier promesa relacionada con Pablo, era una situación
compleja, ya no le importaba devolverle a Eloísa los agravios recibidos, ni
siquiera se acordaba ya de su venganza, su intachable conciencia le hacía
continuos reproches "¡no sigas haciéndole esto!, ¡¡NO SIGAS!!", pero
ya no podía parar, su cabeza, su corazón y su cuerpo le exigían ver a
Pablo...estar con Pablo...¡querer a Pablo!
Ni sabía ni podía ni quería solucionar el dilema,
confiaba y temía que algún día, por cualquier tontería, el pastel sería descubierto y entonces los
demás pondrían fin a esa locura, ella no era suficiente mujer para confesarlo
abiertamente y dejar de hacer daño, pero se sabía bastante mujer como para no
dejar escapar al hombre que hoy por hoy la hacía feliz, mañana....Dios dirá.
Siguió viendo a Pablo y siguió siendo suya en
muchas ocasiones, siempre previa investigación de las andanzas de su hermana,
pero no volvió a quedar con ella por miedo a que se traicionara a sí misma si
la tenía delante.
Por mucha imaginación que tuviera, nunca hubiera
pensado en verse envuelta en algo así, si alguien le hubiera dicho siendo más
joven que llegaría el día en el que traicionaría a Eloísa de una forma tan vil,
hubiera sido capaz de sacarle los ojos, una cosa era hacerle la vida tan
imposible como ella le había hecho siempre y otra hacerle daño conscientemente.
Estaba inmersa en un frenesí de sentimientos que no podía aclarar.--voy a tener
que ir a un psicólogo, me volveré loca--.
El estrés de Eloísa era muy distinto, por fin
había visto algo que les vendría muy bien a Pablo y a ella para iniciar su vida
en común, una casita tipo chalet no muy grande, con jardín trasero y un porche
rodeado de setos que les permitirían tomar el sol fuera sin molestas miradas
que les restara intimidad. Ya había hecho partícipe a Pablo de su ilusión por
la casa, le comentó los pormenores de la vivienda y estuvieron de acuerdo en
las condiciones económicas, que por supuesto pagarían entre los dos... sólo
faltaba que Pablo encontrara el tiempo para ir a verla, últimamente había
estado muy ocupado con las reuniones de accionistas y le prometió hacerlo en
cuanto tuviera un hueco libre en las pesadas negociaciones.
Efectivamente Pablo estaba desbordado, no sólo por
el trabajo que le absorbía de forma
esponjosa y veía como mermaba cada día su tiempo libre, también se daba
cuenta de que su puesto en la empresa
cada vez le pesaba más y más, de que nunca podría delegar responsabilidades
puesto que era el primer peldaño en el escalafón de la junta directiva y que no
había posibilidad a corto plazo de alcanzar un nivel laboral más alto y poder
comportarse como la mayoría de los grandes ejecutivos que, -por regla general-
tienen tiempo para todo, él no era hombre de ver pasar su vida entre libros y
cuatro paredes, necesitaba tiempo… un tiempo para cada cosa y desde luego no
quería vivir sólo para el trabajo, la vida era demasiado bonita y corta y él la
quería disfrutar al máximo, exprimirla y tomar todo el jugo que le ofreciera…
ya sabría él endulzar los tragos amargos y sacarles en contrapartida, el mejor
provecho posible. Tampoco era esto todo lo que le agobiaba, últimamente Eloísa le estaba presionando un
poco con lo de cambiar de domicilio, vivir juntos y formar un hogar, antes quería estar seguro
de muchas cosas.
Continuará
Ya no me quedan uñas que morderme!!!!!
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Eliminar¿De veras? ¿Quieres que te mande unas postizas?, jajaja.
Besos, Campanilla.
Nos tienes como aquellas viejas series de televisión que de un capítulo a otro estabas malito de los nervios por esperar la resolución final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eliminar¿Te refieres a ésas que se hacen tn laaaargas y pesaaaadas?
Porque si es así, estoy dispuesta a dejarlo aquí, no publicar ningún capítulo más y que cada uno de vosotros imagine el final que más le guste. jeje,
Besos, Rafa.
"De forma esponjosa", es decir, como si fuera una esponja, ¿no?
ResponderEliminarCapítulo a 3 bandas, en que se ve que cada uno de ellos no es lo feliz que pudiera. A ver si ordenan su cabeza y su corazón y conducen su vida a mejor situación.
EliminarSí, Fernando, así es... como una esponja ¿está bien expuesto?.
Como dices, es una relación a tres bandas que no sabemos cómo va a terminar.
La cabeza la tiene que ordenar más de una, jeje.
Besos.
ja! como con cual de las gemelas se queda...... hmmmm :-)
ResponderEliminarBesos
EliminarÉsa es la incógnita, Myriam, ni Pablo mismo sabe lo que va a pasar, jajaja.
Todavía siguen haciéndose la puñeta las brujas estas?
ResponderEliminarQue malas.
EliminarDime la verdad, Toro, yo sé que eres sincero... ¿se está haciendo aburrido? si es así, veré cómo me las ingenio para que en algún capítulo entre en acción Sicópata o Terremoto..¿te parece?.
Besos, Toro, espero tu respuesta.
Hummmm! No sé...ésto no se puede sostener mucho tiempo más, porque en algún momento Pablo dirá algo a Eloisa sobre momentos vividos con ella sin ser ella, es decir, estando con la hermana. Lo raro es que no haya pasado ya, a no ser que Pablo sepa perfectamente lo que está pasando y esté jugando y dejándose querer.
ResponderEliminarBesitos
ResponderEliminar¡¡¡Liiiista eres, jefa!!!, jjaja.
Apretaos.