3--¡¡Zorra!!--2--
Tuvo que tragar saliva... (Dios mío
--pensó-- ¡es un hombre! y ahora ¿qué hago?), la pregunta se repitió y el
bichito que le picaba con tanta insistencia la traicionó ---Soy yo---. La
puerta se abrió después de un agudo "prrrr".
Esperó que el ascensor bajara y
mientras lo hacía su cabeza le daba vueltas, se arrepentía de lo que estaba a
punto de hacer pero ya no podía dar un paso atrás, su tenacidad era admirable,
ahora sólo pensaba en qué actitud tener para entrar en esa casa y qué palabras
pronunciar para paliar la extrañeza del hombre al verla llegar. Pulsó el botón
del quinto y dejó la mente en blanco hasta el momento de plantarse ante la
puerta abierta del apartamento.
--- Entra, estoy hablando por
teléfono.
Conocía el piso y dirigió sus pasos
hacia el salón, de allí venía la voz, temblaba imperceptiblemente, sentía frío,
avanzaba despacio retrasando la entrada, pero inevitablemente estaba a punto de
encontrarse con el hombre con el que se veía su hermana y sabía que aunque
gemelas idénticas, él se daría cuenta de su engaño y todo se vendría abajo...
No le importaba.
Llegó al salón y sus ojos lo
barrieron entero antes de pararlos en la figura masculina que, de espaldas,
continuaba hablando por teléfono, era incapaz de pensar, sólo tenía prisa por
que todo pasara cuanto antes y poder salir de allí.
Contenía la respiración, si hubiera
podido, se hubiese negado a respirar para que no se notara en su abultado pecho
el sube y baja del aire y se controlaba como buenamente podía, de pronto el
interlocutor colgó el auricular y se giró... fue cuando pasó justamente lo
contrario de antes, ella quería respirar, necesitaba coger aire y por un
momento creyó que todas sus funciones vitales se paralizaban, --respira,
respira tranquila, no debe notar nada, venga, despacito, ve inspirando y verás
como todo se normaliza--- lo iba pensando y se iba relajando.
¡Dios mío, era Pablo!!
Fueron segundos interminables hasta
que oyó su voz:
--- ¡¡qué sorpresa!! ¿Qué haces
aquí?
--- Quería estar contigo (era lo
único que se le ocurrió para no parecer sospechosa)
--- Ummmmm, qué halagador, pero no
te esperaba, nuestra salida nocturna era para dentro de tres días.
--- Ya lo sé, pero quería verte esta
noche y me apetecía ir a cenar hoy. (Se arriesgó diciendo eso, pero pensó que la salida nocturna a la que se
estaba refiriendo llevaría incluida una cena romántica en cualquier sitio).
Pablo sonrió y se le acercó, la
abrazó primero con ternura y después deslizando su boca hacia la suya, la besó
largamente.
--- ¿Tienes frío? estás temblando.
--- Sí, he venido paseando y hacía
frío.
--- Ven, te voy a poner una copa y
así entras en calor antes de irnos.
No era frío sino lo contrario,
temblaba pero de estremecimiento, nunca la habían besado así, había notado su
pasión en el beso y eso la descolocaba, no sabía si podría continuar, esas caricias no
iban destinada a ella, eran para otra
mujer y le resultaría muy complicado fingir que las recibía siendo la
otra...complicado, pero no difícil, le había resultado facilísimo aceptar esas
muestras de Pablo, le habían gustado hasta el punto de estremecerse ¡menos mal que él lo confundió con frío!,
hubiera sido bonito que fueran para ella, por algo le había gustado tanto el
día que lo vio por primera vez al lado de su hermana.
En verdad entró en calor con la copa
de vino y se quitó el abrigo...él la miró de arriba a abajo, admirando lo que
veía, se sentó a su lado y la volvió a besar...esta vez pudo controlar sus
emociones, no tembló y correspondió al apasionado beso.
--- Si quieres podemos dejar la
salida para el día acordado y esta noche cenamos en casa.
Contestó "de acuerdo"
entre beso y beso.
La mañana siguiente en la oficina se
le estaba haciendo demasiado aburrida y tediosa, no se podía concentrar en nada y sus
pensamientos aprovechaban cualquier descuido para volar. Recordaba segundo a
segundo la noche pasada, no había nada que hubiera olvidado ¡cómo podría! No se arrepentía de nada pero no dejaba de
pensar que se había comportado como una libertina al acostarse con el hombre de
su hermana por venganza, aunque eso tenía también otras lecturas, es verdad que
la inquina que sentía por Eloísa por haberla manipulado y mentido de esa
manera, la habían inducido a actuar de mala fe, pero ella no sabía lo que iba a
encontrar en el apartamento y lo que hizo, no lo hizo con premeditación y
alevosía, lo hizo con total entrega y correspondiendo con todo su cuerpo a cada
beso y caricia que se prodigaron. Intuía que el día y la noche pasados tendrían
consecuencias.
Continuará.
Continuará.
Sabía que sería Pablo. Yo ya empiezo a tener bruja favorita, y apuesto por ésta, la otra zorra que se joda.
ResponderEliminarBesos
ResponderEliminar¿A qué bruja te refieres? ¿A la que se ha presentado en el piso?
¿o a la que lo visita a escondidas?
¿quié se tiene que joder? jajajaja.
Ojú, jefa, que ésto se pone cada vez peor.
Apretao.
Oye, a mi no me lies más que ando espesita estos días eh!
Eliminar
Eliminar¡¡Pero si yo no te estoy liando, "miarma"!!!...
¿has visto que andalú te he sacao?.
No te espeses mucho que te necesito clarita como el agua, jefa, que estás teniendo buenas "intuiciones".
¿Cuándo te he liao yo? ¿eh? ¿cuándo? ¿cuándo? ¿eh? ¿cuándo?
Mu apretaos pa' que te despeses.
Ya veremos como queda el tinglado, pero me parece que todavía habrán muchas sorpresas en esta fascinante historia.
ResponderEliminarBesos yeste.
EliminarSí, algunas imagino, jajaja.
Besos, Rafa.
¡¡¡Vaya si las tendrán!!! Imagínate cuando Pablo le diga a la hermana mala: "querida, nunca te he visto tan fogosa como la otra noche, cuando me visitaste por sorpresa". La mala pillará rápido la verdad, sin duda.
ResponderEliminarBien resuelto, porque era una escena difícil de sacar adelante. Pensaba, ya te dije, que en medio de la fiesta iba a aparecer la otra con una trituradora.
EliminarDesde luego, Fernando, tu imaginación supera la mía, jajaja, no descarto una colaboración en un futuro, jjaja.
Gracias por tus palabras, Fernando, como siempre, me animas con tus comentarios.
Besos.
Casi me atraganto con las palomitas.....este Pablo...estas hermanas...Madre mia qué colacao!!!
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Eliminar¿Te imaginas un ménage à trois con las hermanas? jajaja.
Es verdad, un colacao...cargadito.
Besos.
Al final, Pablo es el que se está poniendo las botas con las hermanitas... Pero las mentiras, ya se sabe, tienen las patas muy cortas. A ver qué pasa.
ResponderEliminarUn abrazo!
Las patas cortas cuando convienen, Imaginativa, a veces nos llevamos toda la vida consintiendo cosas sabiendo que son mentiras.
Besotes gordos.
"fue cuando pasó justamente lo contrario de antes, ella quería respirar,... " Yeste, en esta frase me has hecho reir. Me ha parecido cómico que primero no quisiera y después no pudiera :)
ResponderEliminarEsto va tomando altura, para mí que o hay un milagro o estas chicas se sacan los ojos...Si es que los hombres dan muchos problemas.
Besos concentraos :)
EliminarSon toques de humor, Luisa, me alegro de que sonrías.
Sí, parece que e van a matar, o a lo mejor, se conforman con tener los ojos fuera.
Besos apretaos.....y "concentraos"
Madre mía, menuda movida, lo pasó de lujo, se tiró al hombre de su hermana, le gustó la cosa...joder que caliente se pone el asunto.
ResponderEliminarEspero impaciente.
Besicos.
Eliminar¿Interesante?....me alegro.
Besos apretaos.
Pablo...
ResponderEliminarUn campeón!!!
Besos.
Eliminar¿y Emilia, dónde la dejas? ¿eh, Toro?
Besos.
Y tendrá consecuencias... ¡Claro que si!
ResponderEliminarHay que ver si Pablo puede con las dos....
y un campeón jajajajaja Sí señora: incluso sabiendo que eran gemelas,
no se dió cuenta de la diferencia en la cama:
raro ¿no? o como muy concentrado en lo suyo jajaja
Besos
EliminarYa sabes, no vamos a nombrar a uno solo, pero me parece a mí que en una situación así, no se piensa precisamente con la cabeza. ¿no?, jajaja.
Besos.