--2 Ni para tí ni para mí--2
--- ¡Hola, Elo!! Buenas noches a
todos. No te había visto, un amigo de la mesa me avisó y no podía dejar de
pasar a saludarte.
Mientras decía esto, sus ojos no
veían nada más que al hombre que su hermana tenía a la derecha, --¡¡madre mía,
cómo está!! ¿De dónde lo habrá sacado?
--- Chicos, algunos ya conocéis a mi
hermana, los que no... Se llama Emilia. Fue una presentación fría, se notaba a
la legua el mal humor provocado por la aparición de Emilia, no quería que
interrumpiera su interesante velada ni que interviniera en ninguna conversación,
le molestaba su presencia y Emilia lo notó y se creció, decidió darle un mal
rato a su querida hermanita.
Como si hubiera adivinado sus
intenciones, el acompañante de Eloísa se levantó, le tendió su mano y se
presentó: "Soy Pablo, encantado de conocerte ¿quieres tomar algo? Siéntate
por favor.
Se sentó sin dejar de mirarle, no
podía dejar de mirarle, aquellos ojos marrones tenían el poder de
desconcertarla, Pablo clavaba su mirada en ella como si fuera una criatura
extraña.
--- Perdona que te mire así pero no
sabía que Eloísa tuviera una hermana gemela, hace poco tiempo que nos conocemos
y no había surgido el tema de la familia.
--- No te preocupes, es frecuente
esa reacción en los que nunca nos han visto juntas.
--- Sí, es verdad, por nuestros trabajos,
en raras ocasiones salimos las dos con el mismo grupo de amigos. --intervino
Eloísa, temiendo que su hermana se convirtiera en el centro de atención de
Pablo.
--- Aunque sois idénticas, hay algo
en vosotras que marca la diferencia, no sé lo que es pero estoy seguro de que
acabaré descubriéndolo.
Eloísa sonreía y en su interior la
maquinaria retadora ya se estaba poniendo en funcionamiento, no permitiría que
se volvieran a ver, ella lo había conocido primero, le gustaba, no era su
soñado tipo de hombre pero había que reconocer que guapo era, educado,
simpático... puede que tengamos algún futuro juntos,- la que no lo catará serás
tú Emilita, esta vez gano yo-.
Cada una terminó la cena en su mesa
y cada una terminó la noche con su mente ocupada por distintas cuitas. Una
había decidido que intentaría seguir viendo a Pablo, que le estaba interesando
como hombre, aunque también pensaba que esa repentina decisión se debía al
interés que había demostrado su hermana por él, no lo iba a consentir, así que
mejor sería hacerse a la idea de que pronto tendría novio y que podría ver su
querida libertad algo mermada.
La otra se fue a la cama repasando
mentalmente todo lo acontecido esa noche, se regodeaba al recordar cómo logró
fastidiarle la noche a Elo, sonreía al cerrar los ojos y ver de nuevo al
atractivo amigo de su hermana y le desagradaba sobremanera el estúpido
incidente durante la cena con sus amigos... pero un segundo después soltó una
carcajada... sí, lo había pasado bien. Ahora su prioridad volvía a ser otra vez
encontrar apartamento.
Aunque no tuvieran muchos momentos
en común como hermanas, la verdad era que cuando llevaban mucho tiempo sin
saber la una de la otra, se echaban de menos, ninguna de las dos reconocería
nunca que simplemente se recordaban mutuamente, muy al contrario, se decían en
su interior que lo que echaban de menos era el no estar haciéndose jugarretas.
Emilia había intentado hablar con
Eloísa en varias ocasiones, en algunas le cortaba rápida la conversación con
cualquier excusa y otras sencillamente no le cogía el teléfono... eso empezó a
molestar a Emilia y la curiosidad volvió a ser otra vez el bicho que le picaba.
--- Tengo que averiguar qué es lo
que está haciendo para no tener tiempo de fastidiarme, eso en ella es síntoma
preocupante, o está enferma o... el tiempo libre que tiene lo dedica a visitar
apartamentos, debe ser eso cuando ni siquiera quiere hablar. Cualquiera que la
escuchara diría que muy cuerda no estaba, tal era la costumbre de expresar en
voz alta sus pensamientos.
--- Ya sé lo que voy a hacer,
esperaré a que salga de la oficina y la seguiré, seguro que algo se trae entre
manos.
Continuará.
Como una telenovela, el enfrentamiento sigue y ninguna quiere ceder la primera ¿hasta cuando seguirán así? ¿lo sabremos algún día?
ResponderEliminarUn abrazo:)
EliminarLo siento, Pilar, por eso he dudado muchas veces en publicarlo, porque son muchos capítulos y puede parecer extenso y pesado, pero no os arrepentiréis, porque no pierde la emoción en ningún momento.
Otro abrazo grande para tí.
P.D. De vosotros depende de que siga colgando capítulos de esta novela.
Me parece una pena tanta rivalidad y sobre todo en hermanas gemelas que supone debaerían estar unidas. Espero ese continuará a ver que te traes entre manos, o la mente más bien.
ResponderEliminarBesicosy gracias por tu visita.
EliminarYa no se puede una extrañar de nada, ¿No hay padres e hijos que se matan?... que se maten unas hermanillas de nada....jajaja.
Gracias por tu espera, besicos para ti también.
Yo creo que estás acaban dándose mojadas: Para que me entendáis; apuñalándose y no sólo verbalmente. Ya seguirás contando.
ResponderEliminarUn abrazo.
EliminarYo con tal de que no se vea mucha sangre.... me mareo¡¡
Besotes.
He llegado y me ha saludado esta interesante historia de hermanas rivales por lo que seguiré leyendo los próximos capitulos porque esto promete...
ResponderEliminarSaludso desde Taenerife y te dejo enlacea de mie spacio para cuando gustes.
http://gofioconmiel.blogspot.com.es/
EliminarBienvenida amiga tinerfeña, te puedes pasar cuando quieras, yo haré lo propio con tu casa, eres la primera amiga isleña que tengo y me alegro.
Besos.
Son dos víboras, cada vez les tengo más manía, ya verás tú el pobre desgraciao que quede en medio la que le van a liar.
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Eliminares que son dos venenos, ¡qué le vamos a hacer!, no te preocupes, que ya te iré cotilleando, jaja.
Apretaos
Seguiremos esperando a ver lo que se les ocurre a estas brujas.
ResponderEliminarBesos.
EliminarVale, vale, esperaremos a ver qué brujería hacen.
Besos.
Qué pena de hermanas. Un beso.
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EliminarSoy hija única, siempre he querido tener hermanos, pero ahora ya no sé qué decir, jajaja.
Besos, Susana.
La historia de Pablo queda abierta, entiendo, y volverá a salir pronto. Es bien sugerente que sea el objeto de atracción de las dos, no sólo por el sexo sino por la rivalidad entre ambas.
ResponderEliminarEs muy cierto lo de que se detestaban pero se echaban de menos. Suele ocurrir, para eso está la familia: si discutes con un amigo le puedes borrar de la lista, pero con un hermano no (y menos con tu gémelo, claro).
Muy bien lo de decidir seguir a la otra: vuelve a ser la que domina la narración.
EliminarMe encanta que me comentes, me da la impresión de que has estado cerca mientras lo escribía y te sabes más o menos el entramado.
Gracias, Fernando, son interesantes tus opiniones y a mí me dan ánimos para seguir liándola.
Besote.
Me tienes en vilo, aunque no deja de quedarme un mal sabor de boca por la relación de amor/odio que tienen... qué triste empañar así una relación fraternal, que además al ser gemelas, debería ser aun más especial.
ResponderEliminarBesitos
Eliminar¿Sabes? Lleva escrito muuuucho tiempo y lo he dudado bastante hasta publicarlo, pero ahora me alegro, parece que por lo menos te entretiene y con eso ya tengo suficiente.
Gracias Campanilla por tus palabras.
Estoy preocupado.
ResponderEliminarHace días que tengo ganas de matarlas.
Besos.
Ataca Toro! Envía a alguno de los tuyos
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Eliminar¡¡¡No me vayais a matar a las protagonistas, eh?!!!!
Tú, jefa, no me calientes a Toro, que me manda a Sicópata más pronto que un ay....
Es que son dos bichos ¿en dónde te habrás inspirado tú?
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Eliminar¡¡aaayy, si tú lo supieras!!!
Ay! madre mía. Ya les vale. Se llevan como el perro y el gato, pero sigo viendo un fondo bueno en ellas. O a lo mejor soy yo, que estoy optimista :P
ResponderEliminarBesos!
ResponderEliminarPues viva el optimismo!!!
Si ya digo yo que hay mucha buena gente.
Besos Imaginativa.
¡¡AY!! estas hermanas y su relación amor-odio.... ¡Qué cosa!
ResponderEliminarVeremos como sigue el relato y que jugarretas
se hacen la una a la otra....
Besos