PEGAMENTO

Me estaba pensando si publicarlo o no, porque no quiero ni nunca he querido causar sensación de malestar, incomodidad, lástima o rechazo por esta clase de entradas, pero a veces, alguien escribe o dice algo que, en ese momento salta la chispa del recuerdo y te dices ¿porqué no? ¡me da igual lo que piense el mundo! ahora ya no tengo ni miedo ni problema por hacerlo, el tiempo  pasó y ahora   ya, es otro tiempo.

Este post, lleva mucho tiempo en borrador,.....mucho tiempo. Ahora, y no es por devolver el detalle aunque lo agradecí mucho, me lo ha recordado esta entrada de Miguel, (Entre el olvido y la memoria) y aquí lo dejo.

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                                                                                                                    Hace años dí un gran batacazo y me rompí en cachitos. Con un buen pegamento yo misma me pegué, trozo a trozo fui capaz de recomponerme sin que se me notaran apenas las grietas.

Tiempo después, caí de nuevo, me volví a romper, no sé  si por los mismos sitios... y por segunda vez tuve que pegarme; las fisuras aunque finas y bien disimuladas se notaban si alguien se acercaba demasiado, pero estaba segura  de que eso no pasaría nunca, no correría ese riesgo.

Varias veces más, caí, tropecé y me levanté y en cada una de ellas me volví a pegar.

Cuando por fin creía que mis pasos eran ya más seguros, vuelvo a caer de forma inesperada, sintiendo mientras caía, que esta vez el agujero era más profundo y oscuro.....pero no, todavía quedaba una solución..... buscar más pegamento.  Intenté recordar dónde lo había dejado, no lo encontraba, salí a buscarlo y lo hallé en cada rincón de la calle, en cada familia, en cada amigo, todos usaban la misma marca.

Muchas veces me digo a mí misma que ya no podré soportar más roturas, que mis múltiples quebrantos no podrán recomponerse, que me han debilitado con el tiempo y que no  me podré sostener, pero como siempre, recapacito y recuerdo que tengo un potente aliado.....mi pegamento.

Os dejo la marca: "HOPE&FORCE", os puedo garantizar que funciona.

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Es de ley dejar claro que el maltrato no siempre es físico...éste duele, humilla y marca, igual que el psicológico, con las diferencias de que en el último, las marcas no son visibles a los ojos ajenos pero sí a los ojos de los que te miran con cariño y que en el primero, a veces, se quedan con tu vida... y en el segundo te dan ganas de dejarla ir.

Por todas.

                                                                          

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