TRAZOS Y TROZOS

Este post se debió publicar ayer día 13.







 Hoy es el cumpleaños de mis gemelas, siempre me ha costado escribir sobre trazos de mi vida, cuando lo he hecho ha sido necesariamente un desahogo, hoy en cambio lo hago por gusto, porque quiero compartir con vosotros cómo fueron las horas que rodearon el antes y el después de su nacimiento. 

Tres años antes de nacer las gemelas, había perdido un hijo, un varón, el único varón que tuve, porque antes que él y después de él, en mi casa sólo han habido mujeres aparte del consiguiente padre, claro está.

Cuando supe que estaba embarazada de nuevo, el miedo me invadió, las circunstancias por las que perdí a mi hijo todavía seguían existiendo y temía que pudiera volver a pasar. Tanto miedo tenía, que decidí dar a luz esta vez en una clínica de pago. Tengo que decir, sin que sirva de precedente en mi caso ya que tengo que agradecer mucho a la seguridad social, que en esa ocasión además de mi complicada situación de embarazo, los médicos que me asistieron durante un mes de ingreso, cometieron al final una gran negligencia confirmada.

Los últimos meses de embarazo estuve convencida, porque así lo decían las  ecografías... de que de nuevo venía un niño.

Llegó el día de ingresar para dar a luz. He olvidado decír que estaba preocupada, porque anteriormente fue por cesárea y... comprobado por las pruebas médicas... el niño iba a ser un buen becerro... ¡barrigón que tenía la nena!
 Cuando llegó el momento de entrar en paritorio después de los consabidos preliminares, (no me esperaba que me anestesiaran totalmente), sólo recuerdo al médico cuchicheando con la enfermera.  
Cuando volví a despertar, estaba en una habitación privada rodeada de mucha gente que me miraba... y medio adormilada todavía.... sólo tenía una obsesión...que no estuviera la cuna vacía.
Saqué fuerzas del miedo y me atreví a hacer la pregunta... la respuesta me la dió una prima casi hermana y fue literalmente:
¡¡¿Vacía, hija puta?!! ¡¡Anda y mira p'al lao!!...
Ahí empezó el segundo momento más feliz de mi vida, por duplicado. (El primero, mi hija mayor)

Para que os hagáis una idea, estaban atravesadas en el vientre y según la explicación del médico, el pie de una de ellas estaba entre las piernas de la que estaba delante, de ahí la confusión de sexo. Pesaron al nacer 1900 y 2300 grs. Eran dos pajarillos que puestos en las manos, boca arriba, les caían las patichuelas y los bracitos cuan largos eran por fuera, aunque el cuerpo cabía perfectamente en el hueco de la palma... lo dicho, pajarillos a los que nadie quería coger por el miedo que tenían a hacerles daño.  Eso fue al nacer, un mes después, pesaban cada una dos kilos más. 

A partir de ahí, con más o menos problemas de salud (algunos), se han convertido en dos mujeres preciosas, (jeje, ¡soy su madre!) que son como siempre esperé que fueran y que han sabido superar las zancadillas de la vida con una gran fuerza. Feliz cumpleaños.

Hoy y sin que ellas lo sepan,  dedico esta entrada por su cumple y porque se lo merecen... a estos dos trozos de mi vida.


Éstas son mis "pajarillos".

 Alicia

                Sara