reflexiones, poemas, vivencias, cuentos chinos, sueños, deseos, invenciones, medias verdades y medias mentiras... ¡¡hasta puede que humor a veces!!.
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miércoles, 12 de junio de 2013
Vástagos y vástagas
Se está hablando mucho en estos días de los hijos y de la forma de educarlos. Yo os voy a dar mi testimonio personal que supongo que a la mayoría no interesará porque cada uno educa como quiere, sabe o puede, ninguno nos dejamos aconsejar sobre cómo impartir educación.
Tengo tres hijas, a todas las he educado igual, con las mismas reglas, los mismos límites y las mismas concesiones, pero eso no quiere decir que las tres me hayan respondido de igual forma, en eso influye mucho la propia personalidad de cada una.
Siempre he tenido mucho de qué hablar con ellas, el diálogo entre nosotras ha sido constante desde muy pequeñas, he procurado que nunca les faltara una explicación sobre aquello que quisieran saber o simplemente sobre aquello que no querían compartir pero en lo que necesitaban dejarse aconsejar.
Me he equivocado infinidad de veces, unas las he reconocido y otras no por miedo a que, con la velada revancha, llevaran a cabo precisamente lo que les reclamaba, ya sabemos todos que la adolescencia es un estado constante de búsqueda y de rebeldía por la tardanza en encontrarse. He sido su amiga en las pocas ocasiones que ellas me han dejado y siempre sabiendo que esa amistad era pasajera, me he preocupado más de ser madre que amiga porque como amiga me era más difícil conseguir que entendieran que las normas había que cumplirlas aunque de vez en cuando saliéramos juntas a divertirnos, como madre me imponía y comprendían lo que les estaba queriendo decir, respetaban mis horarios, mis decisiones en cuanto a salidas, mis negativas ante situaciones complicadas que se creían con derecho a disfrutar, por el mero hecho de que sus amigas lo hacían contando con el beneplácito de sus padres, y siempre he intentado explicarles el porqué de mis decisiones.
He tenido la gran suerte de tener unas hijas con una buena base en principios y valores que muchos de los adolescentes no conocen o no comparten, base que es fundamental para que por lo menos vayan por la vida sabiendo las consecuencias de sus propios actos.
Pasada la adolescencia, vienen otros problemas distintos, problemas que ya nosotros no les podemos solucionar, sí aconsejar, pero no solucionar. A veces nos cuesta un pequeño desacuerdo con riña incluída al querer hacerles ver que están equivocadas en algún aspecto, sufrimos por ese desacuerdo, máxime cuando no quieren o no pueden reconocer el error y sufren hasta que ellas mismas se dan cuenta del camino a tomar.
He sabido pedir perdón cuando lo he tenido que hacer y ellas aprendieron a que reconocer el daño hecho y decir lo siento, nos hace sentir mejor y más livianas, les enseñé a que expresaran siempre lo que sentían, fuere lo que fuere, a que no se quedaran dentro con el rencor, a que demostraran el cariño y a que dijeran "te quiero" sin reparo ninguno cuando de verdad alguien lo merecía y a ellas les apeteciera y a que un abrazo a tiempo evita muchos sinsabores.
Como consecuencia, (mentiría si dijera que no me han dado quebraderos de cabeza), tengo tres caracteres distintos con los que asentir, disentir, rebatir y discutir, que de todo hay, pero sobre todo lo que hay es un inmenso orgullo de madre, orgullo compatible con sus defectos y cualidades.
Lo he hecho sola lo mejor que he podido o sabido, como todo el mundo, pero esta vez, la suerte estuvo de mi lado.
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Me alegro de que tus hijas te hayan salido así, ya que a los hijos es muy complicado de educar, y aunque a todos por igual se les eduque e inculqué de la misma forma luego cada uno como se suele decir por carácter y personalidad te pueden salir rana o de distinta madre. A veces sorprende la diferencia y comportamiento entre unos hijos y otros siendo educados en el mismo. Yo con los míos la verdad es que también he tenido mucha suerte.
ResponderEliminarBesos yeste lima.
EliminarMe alegro por ti, Rafa. Creo que es el punto más alto que podemos alcanzar, sentirnos orgullosos y satisfechos de cómo son nuestros hijos, por desgracia, no todo el mundo puede decir lo mismo.
Besos apretaos.
Me has enternecido, puesto los pelos de punta, removido las entrañas y hacerme ver como mi madre puede pensar de las 4 vástagas que tiene.
ResponderEliminarSolo te diré lo que me decía mi madre, "quizás para ti no soy la mejor, pero me acuesto con al conciencia tranquila sabiendo que si he hecho lo mejor que sabía"
Yeste, me han conmovido tus palabras, tus pensamientos escritos como madre, me ha dado envidia de la sana y ansias de querer tener yo eso también cuando decida tener la descendencia.
Enhorabuena chica, a ti y a tus 3 afortunadas por tenerte como madre y padre todo en uno.
Besitos guapa
Eliminartodos hemos sido hijos y en algunos momentos de la niñez o la dolescencia hemos deseado teber otra madre distinta, porque no alcanzábamos a comprender porqué nos negaban cosas que para nosotros no tenían importancia, con el tiempo, nos damos cuenta que somos como somos, precisamente por ser hija de quiénes somos y que siempre les estaremos agradecidos.
Creo que después sólo intentamos educar tal como lo hicieron con nosotros, ¡a quién imitar mejor que a nuestras madres!
Besos apretaos.
Me ha encantado tu post, dicho eso te digo; estoy muy de acuerdo en los de los valores , eso es fundamental.
ResponderEliminarUn beso
EliminarTú lo has dicho, fundamental tener principios y valores establecidos desde una buena educación.
Gracias, Concha, por tus palabras.
Besotes.
Yo también he criado tres y los tres son distintos. Siento tener que reconocer que no he tenido tanto éxito como tú. Enhorabuena. Un beso.
ResponderEliminar
ResponderEliminarDesde luego cada no tiene su propia personalidad y las enseñanzas cada uno las simila de forma distinta, pero no por eso, mala.
No pienses así, Susana, seguro que están orgullosos de su madre.
Besos apretaos.
La suerte siempre tiene su pequeño papel en la obra Yeste, pero es el menos importante creo yo, lo que ocurre es que llegados a un punto en que se puede echar la vista atrás cuando esa fase ha pasado, pensemos que no fue para tanto, que nos preocupamos más de lo debido y que tuvimos suerte.
ResponderEliminarOjalá dentro de unos años pueda escribir algo parecido a lo que tú acabas de hacer, aunque inmersa en pleno remolino todo me parece complicado creo que al final obtendré frutos, estoy convencida de que si te esfuerzas en meter en esas cabecitas los principios básicos, aunque no lo parezca, van calando y cuando les llega su momento lo que fuiste sembrando florece. Eso no ocurre de la noche a la mañana, empezar en la pubertad a marcar principios es llegar ya un poco tarde, se empieza muchísimo antes, y cuando llegan a esta edad te desesperas porque piensas ¿pero bueno, todo lo que llevo años inculcando para que sirve? Pero sí que sirve, aunque no lo parezca.
Yo siempre me quejo de mi seta, incluso demasiado, lo sabes, y leyéndote me he dado cuenta de que pese a que la faceta estudios y futuro anda regular, en el resto no debo tener motivos de queja, tengo una setilla cariñosa, dulce, que comparte conmigo sus miedos y problemas, como siempre digo, con una gran inteligencia emocional. Nos pegamos a veces cuatro gritos la una a la otra, y a los cinco minutos ya estamos las dos abrazándonos pidiendo perdón mutuamente. En fin, me tocas el puntillo sensible, ya lo sabes. Enhorabuena por tus tres flores, eso es triunfar en la vida, y lo demás tonterías.
Muchos besos
EliminarLa palabra triunfar es muy amplia, Inma, pero desde luego como madre, estoy plenamente satisfecha, son buenas personas, me demuestran su cariño con creces y el respeto sigue estando entre nosotras.
Te quejas de tu seta como lo hemos hecho todas con esas edades, nos sacan de quicio al intentar que nos entiendan o entenderlas, pero eso viene de fábrica, desde el momento que vinieron al mundo traían como garantía indefinida los problemas, el cariño sin límites, el desasosiego, valorar sus vidas más que las nuestras y la obligación de frecerles lo mejor que tengamos, incluido la forma de educar y yo estoy segura, por lo que "conozco" de ti, que cuando crezca estará orgullosa de su madre y tú podrás escribir en el blog lo maravillosa que es Eloísa como persona y como hija, te acordarás de los malos momentos que te hizo pasar y los contarás como anécdotas de "la seta perdida" a la que su madre, con cariño y fuerza supo enseñarle lo mejor de la vida.
Besos muy apretaos, Inma, tu hija será tan genial como su madre.
Pues he usado la palabra triunfar a conciencia, para mí es uno de los mayores triunfos que uno puede conseguir en esta vida.
Eliminar(se llama Elisa, nunca te lo digo porque me da apuro, pero va, esta vez sí)
Y por favor, y lo digo muy, muy en serio, que no se parezca a mí, dejo mucho que desear, te lo aseguro.
Eliminar¡Oye, mona, que sepas que estoy enfadada contigo, creía que había más confianza entre tú y yo, parece mentira, que por "apuro", me hayas estado dejando llamar a tu hija con otro nombre que no es el suyo.... y ahora que lo dices, recuerdo que cuando supe su nombre, me encantó porque siempre me ha gustado el nombre de Elisa y fíjate que, cada vez que lo escribía con una o de más, algo no me cuadraba, mi cerebro me decía que no era tan bonito como creía.
A ver si aprendes a confiar en tus amigos y en cosas tan nimias.....¡ vamos!....anda que....
¡FLOGILLOS!
Jaja, mujer, porque no tiene importancia, también puedes llamarla Elisaura, que es como la llamo yo cuando me enfado.
EliminarYo tengo dos hermanos que son gemelos.
ResponderEliminarMisma educación, ambiente familiar, entorno social, etc....
Son el día y la noche.
Besos.
De mis tres, dos son gemelas también, son muy distintas en el carácter, mucho, pero tienen la misma base en cuanto a educación y prioridades, aunque cada una lo manifieste de distinta forma.
EliminarSé de familias de varios hijos a los que les han dado una misma educación y alguno les ha salido delincuente, eso ya es independiente de lo que han conocido en su casa y hay distintos motivos por los que tuercen su camino, eso sería ya otro tema a debatir.
Besos, Toro
La verdad es que yo sólo puedo hablar desde el otro lado. Me han inculcado unos valores pero sé que si hubiese sido diferente, todo habría dado un giro radical. Los valores son importantes, pero la personalidad de cada cual termina por llevarnos por uno u otro camino. Ambas cosas son fundamentales.
ResponderEliminarEnhorabuena por esas tres hijas. Ojalá el día de mañana pueda escribir algo parecido a lo que has escrito tú.
Un beso.
EliminarClaro que cada uno elegimos consciente o incoscientemente a veces, un camino distinto al que hubieran querido nuestros padres, hay hijos a los que no han servido de nada lo aprendido en la familia, pero desde luego, si desde pequeñitos sabemos beber de las buenas enseñanzas, tenemos más posibilidades de ser personas de bien.
Tu oportunidad llegará y seguro que tendrás cosas muy buenas que decir de tu propia familia.
Besos apretaos.
Qué post más bonito, Yeste. Se nota que lo has escrito con el corazón.
ResponderEliminarLo más importante, en mi opinión, es que tus hijas tengan valores morales y sepan reconocer que se han equivocado y pedir perdón. La vida te podrá ir bien o mal: pero si sabes que no todo es correcto y que cuando haces algo incorrecto debes disculparte con el ofendido, vas por el buen camino.
EliminarTodos nos equivocamos, padres e hijos, y muchas veces, pero es de humildad y honestidad, reconocerlos y pedir perdón, hay quien no sabe que el hacerlo significa estar tranquilo y en paz consigo mismo y eso es importante. La vida hay que mirarla de frente y tener valor para reconocer nuestros errores, nos irá mucho mejor.
Gracias, Fernando.
Ay mi niña!! a mi no me cabe ninguna duda que lo has hecho genial.
ResponderEliminarEducar es de las cosas más complicadas que hay en esta vida, porque como bien dices, cada uno tenemos una personalidad propia y particular, y aun queriéndolo hacer bien, en ocasiones una se equivoca y mete la pata.
Personalmente no tengo hijos, tengo sobrinos, a los que no educo, solo consiento ( es mi función principal)... jejeje, pero lo que si tengo son alumnos... y te aseguro que me dan muchos quebraderos de cabeza,aunque también las mejores alegrías que a un docente se le puedan dar...
No es fácil educar, pero si se trata de ser madre... aun es mucho más complicado.
Tu recompensa es tener tres hijas estupendas que estoy convencida te dan las mayores alegrías del mundo, y sobre todo, las mejores vivencias.
Me alegra mucho volver a pasearme por tu casa. Os echaba de menos.
Besitos, desde la Imperial Tarraco.
Hola Rebeca, me alegro mucho de tu visita.
EliminarLas alumnas de mi hija mayor son de tercero y segundo de bachillerato y ella también dice como tú, que le dan algunos disgustillos, siempre en el ámbito estudiantil, pero que recibe a cambio muchas alegrías y recompensas.
Siempre he creído que la educación debe nacer en la familia, es la base,pero también sé que los profesores son un apoyo importante en la línea de enseñanza que debe continuar por el camino con la mutua ayuda.
Yo sé que he tenido suerte, me han salido buenas de corazón y sentimientos, como también sé que hay muchos padres que se han sacrificado al máximo porque los hijos tuvieran una buena vida y no lo han conseguido.
Gracias por tus palabras, amiga, besos apretaos.
La suerte existe, pero quien la busca con ahínco tiene muchas más posibilidades de encontrarla.
ResponderEliminarBesos.
EliminarAsí es, Chema lo conseguido con esfuerzo es la recompensa del sacrificio y si encima te acompaña un poquitín de suerte, mejor.
Besos apretaos
Bueno, la suerte y tu trabajo, tu buen hacer, tu sacrificio, tus ideas claras y tantas y tantas cosas.
ResponderEliminarLa suerte es solo un factor entre muchos.
Disfruta de las consecuencias porque es una sensación muy agradable. :D
Besazo
EliminarEs verdad, Doleguita, influyen muchas cosas para que se dé bien el conseguir llegar a lo que deseas para tus hijos y pòder sentirte orgullosa de ellos.
Besos.
Yo estoy feliz con mis cuatro.
ResponderEliminarDe todos ellos espero más y de ninguno espero nada.
Sólo quiero que aprendan a vivir, que sean honestos, gente de bien, que sean felices, sinceros, leales. También me gustaría que fuesen personas de fe, ya que para mí es importante.
Se hace lo que se puede y mientras doy todo lo que soy capaz de dar-como madre-me siento en paz y feliz.
Ellos también hacen lo que pueden, mientras día a día, quizás entienden que pueden más :)
Te felicito Yeste y te entiendo muy bien porque no hay nada que de más alegría en esta vida que los hijos. Del dolor que causan mejor lo dejamos para otro día jejeje
Besos mil
EliminarGracias Luisa, por tus palabras deduzco que somos parecidas en nuestra forma de llevar la vida con nuestros hijos, soy de las que piensan que aparte de una buena base en la familia desde pequeños y un poquito de suerte, es también una lotería, nuestro esfuerzo a veces no es suficiente, pero eso como tú dices, lo dejamos para otro día.
Muchos besos apretaos, Luisa.