reflexiones, poemas, vivencias, cuentos chinos, sueños, deseos, invenciones, medias verdades y medias mentiras... ¡¡hasta puede que humor a veces!!.
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jueves, 20 de junio de 2013
¿Echar de menos?
Siempre hay algo que al perderlo, al dejarlo de tener, después se echa en falta, pero ¿podemos referirnos sólo a aquello que en su momento nos hizo feliz, nos emocionó, nos contentaba o simplemente nos gustaba? puede ser cualquier cosa, no sólo echamos de menos a las personas cuando no están con nosotros, o a los animales... también nos costumbramos a ver algun objeto, o vivir cualquier situación... y si esa cosa se rompe, se pierde o simplemente se desvanece, nuestro cerebro busca a diario aquello que por H o por B le hizo extraviar esa perspectiva.
Os voy a contar un secreto, no sé si llamar a ésto echar de menos o echar de más, pero desde luego, el cerebro busca una excusa para mirar en tiempo pasado y a veces lo consigue aunque el resultado del recuerdo sea una total situación de paz, armonía, tranquilidad, sensatez, templanza y no digo felicidad porque probablemente sería exagerar. Tranquilos, me explicaré y espero que alguien me entienda, porque si no, creo que empezarán a subir los grados en el barómetro de mi frustración.
Hace tiempo, decidí retirarle la palabra irremediablemente a una persona muy allegada, decidí no escuchar más reproches, decidí no ser el blanco de la ira de nadie, decidí no ser el peluche de nadie, no ser la culpable de todo, el centro de todas las humillaciones, la alfombra de los zapatos más sucios, decidí que no quería seguir oyendo lo loca que estaba, lo tonta que era y la ..."variedad de defectos" que tenía. Y lo decidí.
Estaba acostumbrada a tener ésto casi todos los días, unos mejores y otro peores, por peores se entiende que había días en que no era yo sola el centro de la diana y que acertaba también en los círculos más cercanos y quizá fueran estos aciertos los que empujaron mi decisión.
Mi tiempo se ha vuelto sordo y sosegado, sin sobresaltos, sólo oigo mi voz cuando canturreo, incluso me aburro de oirme a mí misma, de tener las cosas en su sitio, de no estar barriendo contínuamente, me aburro de no defenderme.... Esto es....¿echar de menos?
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Diría que eso es paz... no sé, quizás sea lo que dices.
ResponderEliminarUn beso
ResponderEliminarDesde luego, una paz que no terminas de asimilar y que no crees que te merezcas hasta que echas la cabeza atrás y compruebas todo lo que ha cambiado tu vida.
Besos apretaos, Concha.
Joder esto no es echar de menos, es quitarte una pesadilla de encima y de las gordas. Por lo que cuentas eso es para coger una depresión de caballo, y has hecho o hiciste muy bien con dar ese paso y tomar dicha decisión.
ResponderEliminarBesos yeste lima.
ResponderEliminarEn su tiempo, me hubiera hecho falta un pelín de este apoyo, un consejo a tiempo o un abrirme los ojos a la fuerza.
Gracias Rafa.
Eso es vivir en paz.
ResponderEliminarBesos.
EliminarEn efecto, Toro, se repira mansedad.
Besos.
Pues Yeste, no comprendo muy bien que no sientas otra cosa que no sea alivio,y quizás la sensación esa de que ojalá lo hubieras hecho antes. Otro tema, y por ahí si que podría entenderlo, es que te hayas quedado con ganas de soltarle cuatro frescas bien dichas. Se por experiencia que la rabia, y el quedarse dentro las burradas que necesitarías decir para desahogarte y zanjar el tema reconcome, al menos a mí, se me queda ahí en temas pendientes y sigo teniendo ganas de guerra hasta que no lo suelto, entonces ya sí, como la seda.
ResponderEliminarTengos dos temas pendientes desde hace años donde no saqué toda mi rabia, y ahí están enquistados, si los recuerdo sigo teniendo rabia y ganas de decir lo que callé ¿Quizás es eso lo que te ocurre? Tal vez no es que eches de menos defenderte, si no que necesitas sacar rabia y desahogarte.
Besitos
EliminarQuizás no me haya explicado bien, claro que siento alivio y todo lo que nombro en el post y te doy la razón en que me queda rabia dentro que difícilmente podré sacar para no hacer sufrir a terceros, pero como contrapunto, reflexiono y miro atrás, lo que era antes, y ahora en mi casa se respira tranquilidad que durante años no ha tenido, por eso, no sé si es paradoja, ahora todo es silencio, armonía y reposo mental que me extraña sobremanera.
Algún día, por correo, te contaré una historia que por surrealista es acojonante.
Besos apretaos.
Cuando gustes guapa, como referencia creo que sé de quien hablas, por otros posts que has escrito.
EliminarBesitos
Yo lo llamaría de cualquier manera menos echar de menos. En todo caso, echar de más. Recrearse en las felices consecuencias de una decisión afortunada.
ResponderEliminarHoy más apretaos que nunca, por haber tenido la valentía de liberarte de la pesadilla.
Gracias, Chema, por tus palabras.
EliminarTengo que reconocer que esa decisión fue llegando poco a poco, dándome a elegir algo que difícilmente tenía elcción.....de ahí mi decisión.
Apretaos de vuelta.
No, Yeste, eso no es echar de menos.
ResponderEliminarMe parece que a partir de cierta edad lo más importante es la paz. Uno no puede estar en tensión por las cosas que comentas, que te reprochen esto, que te llamen loca, que te ataquen. Eso puede tener gracia con 20 años, pero no en la edad adulta. Por ello, a priori te diría que hiciste bien en cerrar la puerta y dejar de aguantar impertinencias. Hiciste bien.
Dicho esto... espero que ocurra como en tu historia de las dos gemelas, y que siempre quede la puerta abierta a volver a empezar, si el otro (¡o la otra!) son capaces de cambiar.
EliminarEso era lo que quería que se entendiera, que hay personas muy ciegas por lo que sienten y no ven la realidad de las cosas hasta que es demasiado tarde....no, Fernando, esa decisión no tiene vuelta atrás, demasiadas oportunidades desaprovechadas, es preferible la ignorancia mutua, la relación se paraliza, pero también se paraliza el sufrimiento, te lo aseguro.
Besos.
Qué alivio sentirse así, tan libre, tan tú. A lo mejor te echabas de menos a ti misma y a esa paz y ahora te resulta extraño. Pero no hay nada como sentirse así. Disfrútalo.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarPues sí, Imaginativa, ahora soy yo, dando rienda suelta a mi carácter alegre que antes reprimía, como dicen mis hijas, "mis queridas locuras", tengo tiempo para mi y lo distribuyo como me place, salgo y disfruto sin temor y aunque esté mal decirlo, me quiero un poquito más.
Besos apretaos, amiga.
Te explicas muy bien y te entiendo mejor.
ResponderEliminarCiertamente cuando estamos acostumbrados a "algo" al dejar de tenerlo notamos ese vacío. Unas veces ese vacío se llena de paz y armonía y otras puede llenarse de pena o añoranza. Está claro que tu caso es el primero. Pero entiendo muy bien que te asombres a diario de la diferencia.
Lo de los calificativos despectivos me toca las narices especialmente y yo tb tengo rabia. Creo que ya somos tres, jejeje
Besos mil
EliminarMe alegro de que me entiendas, Luisa, ése era mi problema cuando escribí el post, tenía miedo de que no se me comprendiera, no sabía cómo explicarlo y ahora veo que por lo menos, lo habéis entendido.
Gracias por tus palabras.
Besos apretaos.
Sé perfectamente a qué te refieres y en mi caso, me quedé más a gusto que un chupito. :P
ResponderEliminarBesazo
EliminarGracias, Dolega, aunque ya se sabe que somos millones de personas con este mismo problema, viene bien siempre tener un testimonio de alguien más cercano.
Besos apretaos.