trescientos sesenta y cinco más.

  
¿Qué esperar? 

 Que cada uno de ellos  sea un poco más esperanzador que el anterior, que cada uno de ellos nos traiga consuelo, que en cada uno seamos capaces de encontrar  cariño y que cada semana del año alimentemos la ilusión por cumplir los principales deseos.

Son muchos días... muchos...demasiados para dedicarlos a la desesperación, al desamor, al reproche o al rencor. Demasiados para dedicarlos a la amargura. No podemos dejar que nos venzan,  esos días tienen que ser para VIVIR, para luchar con todas nuestras fuerzas por lo que queremos y no tenemos, porque nuestra vida no sólo nos pertenece a nosotros, porque tenemos la obligación de dar los ánimos que los demás necesitan y porque debemos sonreír cada día aunque la adversidad quiera hacer mella en lo cotidiano.

Sí, trescientos sesenta y cinco..... no dejemos que pasen sin hacerlos importantes.  Serán Importantes.




Queridos amigos, sólo os puedo decir que os deseo lo mismito que quiero para mí. Ojalá lo tengáis.