Sigo sin comprenderlo, no lo entenderé nunca, no creo que sea capaz de dejar pasar los desprecios familiares sin ni siquiera pestañear o sentir como la sangre sube ardiendo por mi cuerpo hasta mi cara y ahí se agolpa pugnando por
estallar en una tormenta de reproches justificados, de palabras malsonantes que los nervios ya en ebullición son
incapaces de controlar, aunque después, cuando ya se tiempla el ánimo y la cabeza está más fria, llegue el arrepentimiento por haber dejado que su hiel se apropie de mis sentimientos y recapacito y converso conmigo misma y me excuso porque tengo razón, excuso mi comportamiento porque desprecia lo que yo más quiero, porque las personas...siempre serán más importantes que los animales y si esas personas tienen sangre de mi sangre en sus venas, soy capaz de defenderlas con la vida y es entonces cuando me acuerdo de que no todo el mundo tiene la misma capacidad para querer, que algunos corazones nacieron ya endurecidos y a otros se nos endurecen con el pasar del tiempo.
Si no me equivoco, creo que sé de quien hablas por un post que leí al principio de seguirte, cuándo te conocía menos.
ResponderEliminarSupongo que os habrá dado las Navidades no?
EliminarNo sé si te equivocas porque ahora mismo no recuerdo el post al que te refieres, pero, sí tienes razón en lo que supones, el principio de las fiestas fue un poco ...como te diría yo, decepcionante, menos mal que luego fueron mejorando... tengo ayuda en eso.
Besos apretaos, amiga Inma.
Creo fervientemente en el cambio y la evolución de las personas, siempre y cuando esa persona quiera cambiar...en este caso ese corazón duro quiere seguir siendo piedra y además de una forma muy egoísta...
ResponderEliminarSupongo que al final, es lo que dices, intentas justificarte diciendo que llevabas la razón, pero a ti es a quien más le duele haberte dejado perder por la boca...
Besitos bombón!
EliminarNo voy a decir que es imposible (aunque es lo que te diría sin dudarlo un momento) pero sí muy difícil que las personas cambien cuando piensan que todo lo que hacen, lo hacen bien, menos cuando su corazón no parece estar hecho para albergar buenos sentimientos.
Si tengo que defender lo que más quiero, soy capaz de muchas cosas.
Besos Campanilla.
Tu dolor los hace fuertes. Sé que es difícil y complicado, pero el día que te dejen de interesar, será cuando se comporten como personas.
ResponderEliminarBesazo
EliminarYa hace tiempo que me dejó de interesar, al menos en la forma en que siempre lo hizo, pero de todas formas el vínculo que nos une lo tendremos que respetar siempre, al menos eso, respetar.
Besos, amiga Dolega.
Cómo te comprendo. Con el tiempo te das cuenta de que la gente no cambia y lo único que puedes hacer es intentar que no te contagien su manera de ser. Un beso.
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EliminarMe moriría de pena si alguna vez, llegara a pensar remotamente de esa forma tan equivocada. Para mí siempre ha sido y será muy importante, por no decirte lo más, el cariño a los hijos y la familia.
Besos, Susana.
Estas cosas desde luego son muy desagradables, y las personas deben cambiar y asimilar que se equivocan, y si hay que pedir perdón se pide.
ResponderEliminarBesos.
EliminarDesde luego, Rafa, ojalá todos pensaran como tú, me hubiera evitado muchos disgustos.
Besos, amigo.
Y sí, es tan real lo que dices...
ResponderEliminarEspero que no se me endurezca nunca, no me parece nada bueno.
Un beso
EliminarLucho cada día porque no me afecte y que no me siga endureciendo, tengo mucho por lo que luchar.
Besotes apretaos.
Yo creo que en cada familia pasa algo de eso.
ResponderEliminarY si, duelen mucho.
Besos.
EliminarDicen que cada familia es un mundo y debe ser verdad, pocas hay que no tengan problemas de una índole u otra.
Muchos besos, Toro.
Pues no sé que decirte Yeste, que como mínimo te has llevado un berrinche de cojones.
ResponderEliminarHay que procurar tomar medidas, es decir, distancia con según y quién, pero en el caso inevitable del encuentro, yo te animo a que digas lo que piensas pero sin que se te vaya la situación de las manos. Es decir, que se puede decir todo según cómo se diga, pero lo que nunca se puede hacer es dejar que nos toquen lo más sagrado:nuestra sangre.
Hasta ahí podíamos llegar!
En el fondo, unos desgraciados todos aquellos que van haciendo daño por la vida.
Besos animantes
EliminartAL como lo pintas, Luisa... tal como lo pintas.
Los encuentros son como son. Es lo que tiene defender lo mio con uñas y dientes.
Gracias, amiga, por tus palabras.
Para ti, muy apretaos.
Para entender a determinadas personas tendrías que ser como ellas y, afortunadamente, no es así.
ResponderEliminarMuchos besos, guapa.
EliminarNo sé lo que hubiera hecho si me hubiera vuelto de la misma opinión, jajaja, es lo que suelen decir.
Gracias Chema, besotes.
No sé qué decirte Yeste de Lima, la situación que planteas es muy dura, pero se te ve con las ideas muy claras a pesar de lo duro que te lo pone.
ResponderEliminarEstoy contigo desde la distancia, ánimo, un fuerte abrazo y mucha energía positiva :)
ResponderEliminarTe agradezco tus palabras, Pilar, de verdad.
Sí, ya voy teniendo las ideas bastante más transparentes.
Me ha llegado tu deseo y ya siento la energía.
Besos apretaos
Así se habla, las personas son lo más importante de todo y si so los de tu sangre con más razón, nada de gritos, mejor la razón y el corazón blandito.
ResponderEliminarBesos.
EliminarSí, Ana, los gritos no solucionan nada, pero cuando las situaciones se repiten contínuamnte, llega el momento que ya no se puede más y eclosiona el dolor por los demás.
Intento por todos los medios defender lo mio sin ofender ni alzar la voz, casi siempre lo consigo....casi.
Besos apretaos.
Me recuerda a una situación complicada que viví hace tres años. A pesar de tener la misma sangre, las personas son únicas y cada cual actúa a su manera.
ResponderEliminarAl menos llegó el arrepentimiento...porque conozco casos en los que el tiempo pareció curar los desprecios y todo quedó en un eterno stand by. Yo cedí a pesar de todo, porque esa situación no hacía más que minarme poco a poco.
Ánimo y un abrazo fuerte
EliminarEn mi situación, no puedo ceder porque eso supondría comprobar cómo sufren las que más quiero sin merecérselo.
Somos todos tan distintos... Es muy difícil cambiar hasta el extremo de arrepentirse...es una pena.
Gracias por tus palabras, Imaginativa, besos muy apretaos.
Son situaciones muy duras.... Tampoco entiendo porque estas cosas pasan en las familias, pero pasan y no se si en casi todas, pero en muuuuuuuuuchas sí.
ResponderEliminarCuando hay personas que desprecian y /o no reconocen sus errores, quizás no cambien,
pero si podemos cambiar nosotros nuestra actitud, para defender lo que más queremos, sin perder los estribos, aunque sí con firmeza y asertividad, incluso haciendo uso de humor que "descoloca" al otro, porque no se lo espera. Es dificil de logralo, lo se por experiencia propia y por mi profesión, hay que ensayar mucho hasta que salga un resultado aceptable, pero cuando se logra, créeme que da un placer inmenso, porque es entonces cuando nos damos cuenta de que hemos vencido y el "despreciante" no tiene poder sobre nosotros, ni sobre quienes más queremos .
Espero que tus emociones hayan vuelto, como las aguas del rio, a su cauce y que este año te sea de desafíos y superaciones y que alcances las metas que te propongas.
Besos y ánimo