Un Buen Día

Parece -al menos en mi caso- que por muchas veces que diga las cosas, no me prestan atención, pero si en cambio las escribo.... van surtiendo algún efecto.

Ayer, conseguí una de las cosas que deseaba en mi anterior entrada.

Estuve con mi familia en la casa rural de unos amigos y disfrutamos de unas horas estupendas.

Me di cuenta que seguía teniendo mis sentidos en alerta, dispuestos a encontrarse con antiguos recuerdos. Mi vista no se cansaba de admirar aquellos paisajes tan difíciles de ver en la ciudad, una gran variedad de árboles, plantas, flores, pájaros y ...lagos de aguas tranquilas y transparentes. También se asustaba un poquito, al ver tan de cerca, vuelos de avispa.

Mi olfato podía captar casi al mismo tiempo, el aroma del romero.... el poleo.... un sinfín de olores desconocidos y el de la tierra húmeda en la que habían sembrado un buen surtido de verduras.

Pude "sentir" perfectamente el sonido de las bellotas que caían en la hojarasca al desprenderse de los árboles que rodeaban la casa, -más que nada, porque algunas aterrizaron en mi cabeza- (una me dolió- jajaja.). No había muchos más ruídos.... todo era silencioso, tranquilo.... se respiraba paz por todos sus alrededores.

Y al final de la tarde, cuando ya el frío húmedo se empezaba a notar..... ¡¡¡ ENCENDIERON LA CHIMENEA !!!.... ¡¡qué gustazo!!, me quedé mirando un buen rato las llamas que salían de los leños.... eran naranjas, amarillas, rojas y azuladas. Mientras el calorcito se iba apoderando de la habitación y de nuestros cuerpos, tuvieron la maravillosa idea de asar castañas y bellotas en esos brazos de fuego.... buenísimas, de verdad.

De esta forma, sin haberlo planeado, se cumplió uno de mis "quieros", -como dice mi virtual amigo Fernando-.

Un día estupendo, pero eché de menos a alguien que iba a venir y después no lo hizo..... sí, a ti.... Rocío Arana...a ti.