Inmersa en:

INMERSA EN: NADA ENTRE MANOS....ESPERANDO GANAS.



lunes, 29 de septiembre de 2014

SÓLO UN PASITO



                          
                                                                  ¡¡Tantos por dar!!


¿Porqué se complican tanto las relaciones de pareja?....¿porqué parecen que empiezan ya con un porcentaje de riesgo de rotura cada vez más alto?....¿sustentamos el amor o simplemente lo mantenemos con un  mínimo de esfuerzo, hasta que aparezca uno nuevo?....¡Mira, compara y si encuentras algo mejor, agárralo!... eso es lo que parece...¿no?.... Por supuesto sé que muchos habréis contestado...¡¡NO!!.... pues a esos que han contestado tan tajantamente con esa negación, vaya por delante mi más sincera felicitación (envidiosa, eso sí), porque sé perfectamente que esa negación existe porque existen parejas en las que el amor y el cariño (que no es lo mismo aunque se pueda confundir) no luchan por sobrevivir, porque sencillamente...conviven con ellos.

He escuchado siempre eso de que..."Del amor al odio sólo hay un paso" y yo  decía...."eso no puede ser, cuando se quiere tanto....", y el puñetero tiempo, por llevarme la contraria, urdió su venganza...

 A mí me decían de joven y no tan joven, que andaba muy bien, que la distancia de mis  pasos era la justa para que el andar fuera elegante y  armonioso a la vez que saleroso (eso me lo decían en la empresa de prêt à porter en la que trabajé de contable, para conseguir que hiciera  algunos pases de modelos para los clientes, no vayan ustedes a pensar que era verdad, (o sí) o por lo menos, seguro que no del todo, además en aquellos años  el  cánon de belleza  en las modelos, no incluía medidas tan extremas,  no necesitaban una 34 de talla ni un metro ochenta de estatura, con que estuvieran bien modeladas sin entrar en muchas carnes, ya valía).... pero a lo que vamos, que siempre me desparramo...mis pasos nunca han sido largos, más bien cortitos,  y sin embargo me sobraron muchos centímetros a la hora de dar ese "paso" definitivo  que, ingenuamente, creía que nunca podría dar.

No es de un segundo para otro,  no vayáis a pensar que se puede ser  tan superficial como para cambiar de sentimiento en un chascar de dedos.  Sin darte cuenta, el cambio se va produciendo tan poquito a poco que el corazón te sigue diciendo...."eso no es nada"...o..."no va a pasar más" y sigues soltando cuerda con cuidaito... hasta que no se sabe en qué punto del camino se engancha y la cuerda queda completamente tensa....peligrando  su estabilidad.  Y todavía sigues mirándola, vigilando que no rompa... hasta que, con un levísimo tironcito, ves como uno de sus hilos se ha soltado girando locamente buscando la salida.... después el segundo.... y el tercero....y al final, las puntas de la cuerda caen exhaustas al suelo,  deseando quedarse así, ....descansando de tanta tensión.

                         

Y a pesar de todo lo pasado, a la memoria le gusta jugar con nosotros, te hace recordar que todo en esta vida tiene sus momentos buenos, pero como decía mi abuela... "todos los árboles tienen sombra, pero los altos y delgados, sólo dan para uno". Ni que decir tiene, que mi memoria últimamente, es muy frágil.

Se habla mucho del odio, eso que está tan cerca, no sé si sé lo que es, no sé si el paso que dí se llama así, pero si lo es, yo misma me pregunto dónde quedaron los anteriores... ¿en el olvido?...Tal vez.

¡¡Qué bonita la vida!!... eso quiero creer con todas mis fuerzas, sin ningún resquicio de duda, pero ahora que ya no voy marcando el paso, los míos van despistados, sin saber muy bien hacia dónde quieren ir,  a la deriva y pensando que en algún sitio tiene que haber algo que me empuje a seguir, que me haga sentir que sirvo para algo y que soy necesaria.  ¿¡¡Qué bonita la vida!!?... no sé, quizás sea que a mis ojos les falta esa luz  para ver el lado bonito de la vida. 






lunes, 22 de septiembre de 2014

LOS NIÑOS DE MI VECINA --6--






   

¿DÓNDE?




Cada mañana te levantas sin ganas de echar los pies al suelo y piensas que antes, hace tiempo, de un salto ya estabas dispuesta, te vas al baño sin mirar al frente, tienes miedo de ver lo que hay reflejado en el espejo y te cuesta levantar la cabeza, te haces la valiente y con un esfuerzo vas dirigiendo poco a poco la mirada hasta encontrarte cara a cara con esa mujer, esa desconocida que te mira descarada y sin un sólo gesto de agrado....¿Cómo estás?...¿Quién eres?...   
 Ves unos ojos con surcos marrones a su alrededor, pequeños pliegues bordeándolos, una mirada apagada en la que no consigues ver ni siquiera un pequeño destello, unos cuantos años que se han quedado a vivir en tu frente y en tu barbilla, unos finos hilos de plata que empiezan a tejer en tu cabeza... te vuelves a asombrar.

 ¿Dónde está esa jovencita que fuí? ¿Dónde la mujer serena y feliz? ¿Dónde la madre amorosa y querida a la vez?.... Todas se fueron con la esposa.
¡Diez años luchando con la enfermedad y la muerte, diez años cuidando al hombre de tu vida, al que lo ha sido todo, al que le dabas tu vida por alargar la suya, diez años!...conviviendo con el dolor, el sufrimiento, los hospitales, los tratamientos, los quirófanos, la tristeza, la impotencia... y los ayes...muchos ayes...demasiados ayes.
Durante ese tiempo fue el padre de tus hijos, tu amigo, tu confidente, tu esperanza, pero nunca más tu marido y amante, nunca más.  Y ahora le has dejado ir serenamente, en paz contigo misma.

¡¡Que no te lo nieguen!!...¡habla con ellos! Explícales que el que murió fue su padre y no su madre, que tú todavía respiras aunque no vivas, pero que quieres ¡vivir! el tiempo que te quede por respirar, que lo necesitas.

Diles que ellos ya son mayores y tienen sus propias vidas, que tú le entregaste todo a su padre, que darías lo que fuera porque todavía estuviera ahí, que siempre le respetaste y seguirás haciéndolo en su recuerdo, que ha sido el único hombre al que has querido, pero que fue él el que te dejó, que ya no está y que no quieres perder más años sin vivir, sin conocer de nuevo la compañía, sin ser feliz otra vez, sin saber si hay alguien  dispuesto a quererte y a dejarse querer, que ahora ya no te conformas sólo con el amigo, que ahora lo quieres todo, sentirte viva como hace quince años...veinte...treinta, ahora quieres un amigo que te comprenda y comparta tus aficiones, una nueva esperanza, un compañero al que le guste vivir como a tí.... diles que ahora quieres una pareja... otro hombre...un amante.

No tengas miedo, si dejan de ser egoístas.... si te quieren ver feliz y no hundida.... si eligen seguir teniendo a su madre, si entienden que necesitas vida y libertad,... entonces no tendrán reproches que hacerte.







(A Charo, viuda con 53 años)







martes, 16 de septiembre de 2014

¿LO SABÍAS?....SEGURO QUE SÍ








¡VETE AL CARAJO!... Muy desagradable ¿verdad?...la persona que nos manda allí, lo hace como insulto y porque ya está harto de nosotros y lo hemos sacado de sus casillas. (Yo misma, mentalmente, lo he dicho cienes y cienes de veces)
No sé yo a qué carajo hubiera sido mejor que nos mandaran, si  al que el género masculino considera su mejor amigo y protege a cal y canto para que no le falle,  o al que verdaderamente da sentido a su significado. Veamos.

Si al carajo que nos mandan es al primero que menciono... Pues ¡mira!... Tal vez podamos sacar un revolconcillo placentero que nunca viene mal  y le damos un poquito de alegría al cuerpo [eeeeeh Macarena...¡aaay!] pero si es al que me temoooo.... ¡Lo llevamos claro!

En tiempos de carabelas, conquistadores y piratas, allá por el añooo....bueno ¡a quién le importa!... por el año que sea, el caso es que en  esas embarcaciones se podía otear el horizonte, divisar naves enemigas y descubrir tierra, desde una especie de cesta no demasiado grande, instalada, como no podía ser de otra manera dada su utilidad, en el punto más alto de la embarcación... esto es.... en el mástil del palo mayor. A esa cestilla se le llamaba carajo, sí sí, carajo.
Su altura era tal, que allí se padecía la inclemencia del tiempo en todo su apogeo...    Si hacía calor y el sol pegaba fuerte y puesto que los protectores solares no se habían inventado, el vigía sufría quemaduras, insolaciones, deshidratación y mareos constantes, si por el contrario, las temperaturas eran bajas, en ese punto tan alto no hace falta decir que el frío les atería y era la consecuencia de que muchos enfermaran llegando a producirse la muerte. Y ya el colmo era cuando el viento y los temporales zarandeaban el barco de lado a lado, consiguiendo que el pobre vigía perdiera fuerzas en su lucha por mantenerse consciente y sujeto a las cuerdas de la cesta y terminara cayendo al mar embravecido, perdiendo la vida.

Era un deber a cumplir cuando el capitán daba la orden,  resultaba muy duro en cualquier época del año y a nadie agradaba ese puesto.... Por lo que cuando había entre la tripulación algún hombre que no cumpliera con su deber, fuera culpable de algún delito o provocara peleas y motines, era castigado con lo peor, con lo que más temían.... ¡¡mandándolo al carajo!!

Pero es curioso, con el paso de los años, carajo, se ha seguido utilizando en muchos países, tanto en términos positivos como negativos...  Y se menciona cada vez más en exclamaciones de enfado y sorpresa... "¡hace un frío del carajo!"...o "¡este gazpacho está del carajo!"...o "¿y a ti qué carajo te importa?"...¿qué carajo es eso?... Vamos, que estamos rodeados de "carajos" por todas partes, ¡¡ tié que véeee!!






miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿RESUMEN?... NO, TAL CUAL


Intentaré resumir lo que han sido estos cuatro meses sin publicar, que por otra parte, no se le puede llamar resumen porque es ni más ni menos que lo que ha habido.

Dejé de escribir a finales de Abril.  A partir de esa fecha,   lo poco que publiqué incluyendo la Tontá de Mayo, lo tenía en borrador desde hacía tiempo, me di cuenta de que nada me ilusionaba, no quería escribir, ojo, que digo "no quería", sabía que cuando lo hacia no tenía ningún interés, o al menos así lo sentía yo... Y así, con casi todo lo demás de la vida.  Decidí dejarlo todo, no, todo no, casi todo, me obligué a dejar mi mente en blanco para casi todo, que es la única que puede haber tenido algo de descanso en este tiempo, aunque ahora la jodía, acostumbrada a la inactividad, parece que no quiere volver a regalarme ideas que tengan un mínimo que ofrecer. Ahí estamos.
 
Así que el verano ha pasado con pena y sin gloria, no he tenido vacaciones porque no he querido, la casa de verano sólo me ha visto el pelo tres días durante el puente del quince de agosto. Después, (yo misma me castigo por eso) he sido capaz de dejar a mis hijas solas en vacaciones, a las tres, porque incluso la mayor, María Eugenia, era la primera vez después de mucho tiempo, que podía pasar un mes completo de vacaciones con nosotras y no he estado. Aún no me explico cómo he podido ser capaz de hacerles eso, no he pensado en nadie y eso, ahora, me castiga el pensamiento.

Pero aparte de mi mal comportamiento, tengo que decir con orgullo que también he tenido ocasiones de emoción y felicidad.  Y el ejemplo..... la visita inesperada de una amiga, que si antes ya lo era para mí, ahora lo es en grande... Dolega-Marisa. Nunca me ha gustado la palabra "desvirtualizacion", no me gusta como suena, me parece una palabra fea teniendo en cuenta lo bonito de su significado, siempre pensaba en esa oportunidad como en un "cara a cara ", para mí era eso, conocer a una persona, mirarla a los ojos, preguntar y ...estudiarla también ¿porqué no? Y sobre todo saber si somos lo que dejamos entrever en la escritura y si verdaderamente esa química que nos une virtualmente, traspasa todo lo que nos separa.
Con Marisa no hubo dudas en ningún segundo, algo me atraía hacia ella como un imán, con miedo y recelo, incluso le confesé que estuve a punto de volverme por el camino y excusarme,  pero no pude, esa fuerza imantada me obligaba, mi ilusión por conocerla me llevaba la delantera.... Fue... Es poco decir estupendo, sólo puedo decir que Dolega (a mí me gusta llamarla Marisa) es una persona que no se podrá olvidar nunca, es tal y como la pensaba, una persona extraordinaria.

Otro acontecimiento que me hizo vibrar y que me emocionó,  fue leer   " Harina de otro costal ".
No voy a hacer ninguna reseña, no hace falta, no tengo ninguna palabra nueva. Nada que no se haya dicho ya.
Sólo os diré que me emocioné cuando abrí el paquete y pude ver y tener en mis manos un libro escrito por otra persona que yo considero "querida amiga". Para mí siempre ha significado mucho tener algo personal de la gente querida y el libro, para mí, es como si hubiera sido ese manuscrito que Ana... Sí, Ana Cepeda Étkina, nuestra amiga de Analogías,  ¿la recordáis?... ¡Es broma!...como decía, ese libro en mis manos era como el manuscrito que Ana llevó a corregir, un regalo personal de ella, eso era para mí.
Y luego, leyendo, vibré con sus palabras, con la historia que contaba y cómo la contaba, era como estar a su lado y junto al protagonista, su padre, al mismo tiempo, me volvía a emocionar en según qué páginas y sufría en según qué otras.
Acumulaba el gusto por su lectura y el gran orgullo por saber que lo que tenía entre manos lo había escrito mi amiga.

A lo largo de este tiempo he ido leyendo la mayoría de los posts de todos los amigos aunque he comentado poco. Pido perdón por eso, me costaba un enorme esfuerzo hacerlo.

Os diré, amigos, que intentaré publicar regularmente, pero no sé si lo que escriba tendrá interés, ni cuándo querrá venir alguna idea. Es como si, últimamente, no tuviera nada que decir.
 

Creo que es una de las entradas más largas de mi historia bloguera, jajaja, no tenérmelo en cuenta porfi... Gracias. 






jueves, 4 de septiembre de 2014

¡¡¡¡¡¡SE ACABÓ LO QUE SE DABA¡¡¡¡¡

¡Bueno! ¡Ya está bien, hombre ya! ¡Se acabó la vagancia!
Dispuesta otra vez a distraer a unos y a aburrir a otros, vamos, lo que he venido haciendo hasta ahora, mismamente.
 
Prometo que pondré interés en, al menos, intentar estar en mi casa, la vuestra, más ratito que el hasta ahora, eso sólo se irá viendo si las letras quieren regalarme algo que decir.
Pero es importante para mí, agradecer a los amigos que han seguido recordándome a pesar de mi ausencia, a los que en algún momento han estado preocupados, a las muestras de cariño recibidas, a los correos personales enviados con interés...
Gracias a los que me habéis echado de menos y gracias por seguir ahí.


Hasta muy muy pronto.