¡¡MAMÁ, NO ME DEJAN!!

Mis hermanos no me dejan tranquila, vivir con ellos es un suplicio, me llevo el día refunfuñando por el coñazo que supone tener siete hermanos mayores que yo, cinco hombres y dos mujeres más que intentan dirigir mi vida hacia cualquier dirección que ellos elijan menos a la que yo quiero ir.

Al ser la menor, se han tomado ellos mismos el derecho a protegerme, mangonearme, ordenarme y hasta abroncarme y castigarme, que no digo yo que no sea por el cariño que me tienen, pero...¿para eso no están ya nuestros padres?, bueno, es verdad que mi madre ha descargado en ellos algunas obligaciones respecto a mi, pero sólo para que tengan cuidado de con qué amigas salgo y dónde me meto.... hasta ahí puedo llegar a entenderlo, lo malo es que creo que con esas obligaciones que tienen todos de estar pendientes de mí, también han venido algunas licencias que se han tomado ellos que resultan bastante molestas.

¡Chicaaa!...ve poniendo la mesa y ayuda a mamá.... pero bueno...¿y vosotros qué?... ¡Hombre, tú eres la pequeña y la que menos cosas tienes que hacer!...anda chiquitina, no protestes...¡grrrrr!

Chica me llamo yo, Grande el mayor, después vienen Segundo, Tercera, Cuarto, Quinto, Sexta y Séptimo.

Sexta tiene sólo dos años más que yo pero ha aprendido a la perfección la forma de darme quehaceres con la excusa de que tiene que estudiar mucho.

Grande, bueno, ése es el más protector, casi como un segundo padre, porque la verdad es que el primero no nos hace mucho caso, se lleva casi todo el día en la calle y cuando viene se tiene que acostar.

Cuarto es el bromista de la familia, se pasa el día gastándome bromas...escondiéndome cosas, contándome chistes...dice que le gusta verme reír.

Segundo, el estudioso, no deja los libros ni para comer, es el empollón de la clase, mi madre dice que es el que nos va a sacar de apuros porque estudiará una carrera importante.

Tercera...la presumida, eso le digo yo, no hace más que mirarse al espejo y preguntar a todas horas...¿estoy bien asíii?

Séptimo es el más cariñoso de todos, siempre alegre, le encanta que le cuenten cosas, no sé porqué me parece a mí que se divierte más con las cosas de las chicas, pero creo que es el que más me demuestra el cariño que me tiene, se pone hasta empalagoso queriéndome dar besos y abrazos, es con el que mejor me llevo, nos llevamos once meses y siempre hemos estado juntos.

Y el último, no en lugar, está Quinto.... a éste hay que temerle, tiene un genio endiablado, se mosquea por cualquier cosa y de su boca salen disparates en el momento de cabreo pero después no le dura mucho, no es rencoroso y además cuando está de buenas, te hace todos los favores del mundo.  Mamá dice que todos sus hijos son buenos pero el más noble y de mejor corazón, es Quinto.

Es horrible ser la pequeña de tantos hermanos, hacen conmigo lo que quieren y a veces me tengo que enfadar de verdad porque son agobiantes, pero a pesar de todo, de que no tengo intimidad porque no me dejan tenerla, no les cambiaría por nada del mundo, todos y cada uno de ellos son una parte de mí y mi vida sin ellos no sería ni  la misma, ni tan dichosa.



Os habrá extrañado todo esto ¿verdad?, algunos sabéis por la Macondografía que me hizo Chema, que he sido hija única a pesar de que mi madre tuviera ocho.
Hoy he  querido relatar la historia contando con ellos, porque aunque no estén vivos, nacer, nacieron y fueron mis hermanos, nunca llegaron a tener nombres, por eso les he llamado por el lugar que cada uno ocupó en el orden de nacimiento, me hubiera costado escribir esto si les hubiese puesto a cada uno el nombre por el que a mi me hubiera gustado llamarles. Habría dado cualquier cosa  porque fueran con el cuento a mi madre..¡¡Mamá, Chica ,me ha cogido los rotuladores!!..¡Mamá, la niña está jugando con agua!! y oírme a mí misma contestando..¡¡Mamá es mentira, son ellos los que no me dejan!!
Decena de veces he soñado de niña y adolescente con que tenía un montón de hermanos y que nunca estaba sola. Después, más mayor, llegué a echarles mucho de menos.