RESULTADOS--------YA PODÉIS

NOTA:

Falta poco para el día 11, día de las Tontás, os agradecería que me confirmárais la participación, tanto a los de siempre como si alguno se quiere incorporar.  Gracias.

RESULTADOS



  Confieso que he vivido situaciones comprometidas por no saber bailar y por mi maldita timidez a la hora de dirigirme a una mujer que me gusta.

Suelo reunirme con los amigos en las noches en las que quiero dejar a un lado  mis insomnios y duermevelas, productos ambos del mortal aburrimiento, único compañero en la soledad de mi casa, aburrimiento que se vuelve más nostálgico y triste cuando suenan ciertas canciones en la emisora de radio que sintonizo cada tarde al llegar a mi solitario piso.

Sólo falta el collar al cuello para poder decir con propiedad que mis amigos vienen a "sacarme" de paseo cada noche del fin de semana, con la esperanza de que me integre en el círculo de amistades que tienen en la discoteca... el sitio donde más me cuesta ir.... uno que está abierto a todas horas... la discoteca... bailar ha sido, es y creo que será por siempre, mi gran asignatura pendiente.

Llegamos directos a la barra y pedimos las bebidas de siempre, las chicas sin pareja empiezan a arremolinarse a nuestro alrededor buscando encontrar una para el baile, mi amigo nos presenta a todos y empiezan a formarse parejas en el centro de la pista. 

Por mucho que intento buscar con la mirada, sólo veo frente a mí a la chica de los ojos verdes, bonitos ojos, escondidos tras dos lupas por gafas, una nariz respingona cubierta de infinidad de pecas diminutas, unos labios bien dibujados que no podía cerrar sin doblar el alambre de su aparato dental... En ese momento, mi amigo se  acerca y me dice que baile, que estamos ahí para eso y yo le contesto que lo haré sólo una vez: "está bien, bailaré con el adefesio, pero luego me largo".

La saqué a bailar con miedo, sonaba una salsa, mi enemiga número uno en la pista... que sea lo que Dios quiera.

Sólo dos minutos después, notaba como mis pies ardían en los zapatos, aguanté mudo de dolor los pisotones que la fea se esmeraba en darme y  rezaba para que no alargaran mucho la pieza y poder hacerle suavemente la invitación al olvido.  Cuando al fin el baile terminó, su pelo se había soltado con tanto movimiento, se quitó las gafas, me sonrió y dijo: "Perdona, no soy buena en esto del baile, ¿podemos salir fuera?"

A la luz de la luna y a las afueras de Dios, ví su sonrisa y el brillo de sus ojos verdes y pensé: "Ni más ni menos... tal para cual"

CONFIESO QUE HE VIVIDO, de  Pablo Neruda.
NOCHES, de Miguel Arteche
INSOMNIOS Y DUERMEVELAS, de Mario Benedetti 
CANCIONES, de García Lorca
ABIERTO A TODAS HORAS, de Rafael Alberti
LOS OJOS VERDES, de Bécquer
EL ADEFESIO, de Rafael Alberti
LA INVITACIÓN AL OLVIDO, de Miguel Arteche 
 LAS AFUERAS DE DIOS, de Antonio Gala
TAL PARA CUAL, de Bécquer